¿Quieres ser como un animal en el Teide o como una planta?
Si uno quiere aprender para cualquier ámbito de la vida, sólo tiene que
mirar la naturaleza. Yo la semana pasada pude hacerlo gracias a que me
tomé un par de días de vacaciones y aproveché la oferta de vueltos
baratos de Iberia para irme a Tenerife. Allí, era visita obligada el
Teide, claro, y en el centro de visitantes que hay poco después de
entrar en el parque nacional me encontré con este cartel:
Si uno aplica la frase a la realidad financiera actual, el sentido
está muy claro. Los inversores también tienen movilidad y pueden huir si
las condiciones se tornan demasiado duras, como han hecho muchos durante
los últimos meses. "Sin embargo, muchos optan por resistir, pues en
un medio tan difícil como éste, son pocos los que logran sobrevivir y,
por lo tanto, la competencia no es muy fuerte", como dice el
cartel. Efectivamente, el precio de seguir en el mercado ahora es un
ambiente lleno de bruscas volatilidades, frio, doloroso, con
sufrimiento, como los animales que siguen en lo alto del Teide. Pero eso
también deja a los inversores oportunidades. Por ejemplo, comprar buenas
compañías a precio de ganga, después de que otros se hayan visto
obligados a vender a cualquier precio, porque tenían que salir de allí,
ya fuera para hacer liquidez y devolver los créditos que habían pedido
(desapalancarse) o por pura necesidad de seguridad. Pero ojo a la frase
final del cartel: "No obstante, los recursos son escasos y hay que
ingeniárselas". De ese "ingeniárselas" uno concluye que
no todo el mundo vale para estar ahora allí donde las condiciones de
vida para el inversor parecen inhumanas. Sólo quienes tienen capacidad
de soportar volatilidades muy altas, sabiendo que han comprado a muy
buen precio. Y sólo quienes saben identificar los buenos negocios ahora
y aprovechar los bajos precios pueden resistir con éxito en el mercado.
Ellos son los "animales de la inversion". Y son capaces de
sobrevivir incluso en el "infierno"
, que es lo que significaba en guanche el termino del que procede la
palabra Teide. Pero ojo, en el Teide, ni estos animales se libran de las
erupciones de lava y fuego que muy de cuando en cuando realiza el
demonio Guayota, el que dicen los mitos que reside dormido en el
interior del volcán. En los mercados, debe haber uno parecido, que hacía
80 años, desde el crack del 29, que no se despertaba. Y ha arrasado
también a muchos inversores muy curtidos en mil situaciones despiadadas.
Pero los que siguen de pie harán mucho dinero en esta crisis.