El gestor del M&G Optimal Income: "Es hora de terminar la fiesta, caballeros"

El gestor del M&G Optimal Income: "Es hora de terminar la fiesta, caballeros"

Si al mercado le preocupa algo es que la Fed retire los estimulos monetarios en algún momento... Pues bien, según Richard Woolnough, gestor del fondo M&G Optimal Income, el momento está muy pero que muy cerca

Lo dice en su último post, en el que hace un repaso de la situación económica en la que se encuentra Estados Unidos. La traducción es libre, así que recomiendo consultar el original. El subrayado es mío: 

"Los tipos bajos y el gasto en déficit han funcionado en Estados Unidos (...) La fiesta ha sido demasiada larga (...) y deshacer todos estos estímulos planteará serios retos (...) El camarero Ben Bernanke sabe ya cuál es el problema, ahora que la recesión parece altamente improbable.

El sistema financiero está funcionado, hay un nuevo mercado alcista en el mercado inmobiliario y el paro está en una tendencia firme e la baja. El mercado de futuros está actualmente esperando una primera subida de tipos a prinicipios de 2016, pero el crecimiento podría fortalecerse dado el fuerte rebote del mercado inmobiliario, que podría reducir el paro antes de lo que la gente espera. Por lo tanto, hay un riesgo real de que la Fed tenga que moverse mucho antes de lo que el mercado espera"

Muestra este gráfico en el blog, según el cuál se ve que el desempleo podría alcanzar en un año el objetivo del 6,5% que se marcó la Fed para retirar los estímulos.

 

"Ante los volátiles movimientos de los mercados, Bernanke debe decidir cómo terminar la fiesta que ha hospedado, con el mínimo de daño posible. No querrá molestar demasiado a sus clientes (los mercados), porque el caos que pueden provocar ordas de borrachos en las calles nunca es agradable. Necesita guiarles amablemente hasta la puerta. 

Es lo que en efecto ya está haciendo la Fed. Sabe que la economía está en una sólida mejora y que debe retirar los estímulos. Debe decir, gracias por todo, terminen sus bebidas y salgan del bar. Y, como cualquier buen anfitrión, a los clientes borrachos debe darles una palmada en la espalda y decirles que volverá abrir mañana, para que se vayan sonrientes y esperanzados. Es la hora, caballeros".
 
 
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