Wall-Street es el único Lugar donde se llega en Rolls Royce para dejarse aconsejar entre los que llegan en Metro.

Wall-Street es el único Lugar donde se llega en Rolls Royce para dejarse aconsejar entre los que llegan en Metro.

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Wall-Street es el único Lugar donde se llega en Rolls Royce para dejarse aconsejar entre los que llegan en Metro.  

(Warren Buffett)  

...dice, "gente de negocios inteligente y con éxito, que llevan todo la vida ganando grandes sumas de dinero, pidan asesoramiento a agentes de Bolsa demasiado pobres como para asesorarse a sí mismos".

  Está claro que la rentabilidad de los asesores deriva de las comisiones que pagan los inversores y ¿qué partido les debemos sacar?...

  Me da la sensación que a veces, a éste colectivo, se le demoniza por vender sus servicios y ¿qué tiene de malo?, me da que la gente, cuando se pone en manos de un asesor, busca en realidad un culpable… y esto es una idiotez.

  Me consta que en esta comunidad hay mucha gente que asesora, y me parece que el uso correcto que debemos de hacer como inversores de los asesores es el de preguntarles si es posible que aquello que como inversores queremos hacer, lo podemos hacer. En caso de que sea posible, el asesor nos dirá con qué productos podemos hacerlo e intentará transformar nuestra idea en algo factible, o nos dirá que no es posible hacerlo. Pero en ningún caso son los culpables de que nuestra idea sea estúpida y perdamos dinero con ello, solo implementan esa idea, la responsabilidad es nuestra. Nosotros por tanto somos los estúpidos y los que nos llevamos las alabanzas del mercado en forma de rentabilidad… PERO ESO DE QUE SI SALE BIEN EL MÉRITO ES NUESTRO Y SI SALE MAL ES QUE NUESTRO ASESOR ES UN PATÁN, pues no le veo sentido.

  Por otro lado, suscribo lo que dice Warren Bufett, es idiota quién busca en el asesor al chamán que da vueltas a una hoguera y predice lo que van a hacer los valores… ese es directamente idiota, y por tanto, el asesor debería de sacarle hasta los higadillos porque no se merece tener dinero, y parece justo que, en ese caso, cambie de manos. Llámese, si cabe, redistribución de la renta.

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