Voy a los bancos, luego valen dinero
La semana pasada Marc Garrisagait publicó
un post
en su muy recomendable blog Investors Conundrum que generó mucha
controversia. Decía que "el precio de las acciones de la mayoría de
bancos europeos y americanos acabaran cayendo hasta prácticamente
0" y que había liquidado todas las acciones financieras de sus
carteras asumiendo pérdidas. El debate saltó a otros blogs, como Gurusblog
o Fresh Family Office
. Estos últimos animaron a otros bloggers, entre los que nos incluían,
a tomar parte en este debate improvisado y dar nuestras opiniones. Así
que, vamos a hacerlo hoy aprovechando la ampliación
de capital que ha anunciado esta mañana el Santander
, con la que pretende levantar 7.200 millones de euros. En mi opinión
personal, los bancos no valen cero, sino mucho, mucho dinero. ¿Cuánto?
Lamentablemente, no tengo ni idea. Para mí, la respuesta es muy
sencilla: al cabo del mes suelo 'pasarme' unas 50 veces, como mínimo
minimísimo, por las entidades donde tengo mis ahorros o donde tengo
domiciliados los pagos. Es, con mucha diferencia, "el
comercio" en el que más tiempo "paso", ya sea a través de
la sucusal o de la página web. Lo necesito para cobrar la nómina, para
pagar la luz, para tener mis ahorros, para hacer un ingreso para el
regalo de un amigo, para pedir una hipoteca, para poder pagar con
tarjetas y no llevar siempre un montón de billetes encima... Sé que no
estoy dando ejemplos demasiado científicos ni analíticos, pero creo que
en este punto de la crisis, esos argumentos valen de poco. Estamos en un
punto en el que hay que volver a Descartes y la respuesta me sale sola:
"Uso a menudo el banco, luego vale dinero. Y lo uso mucho, luego
vale mucho dinero. Y hay gente que tiene negocios increiblemente
dependientes de las entidades financieras, luego valen mucho
dinero". Está claro que quizá son el negocio más apalancado del
mundo, y que por eso han sufrido con dureza desde máximos. Pero, hoy por
hoy, este negocio sigue siendo necesario. Lo que va a pasar después de
esta crisis es que, aunque parezca de perogrullo, los buenos bancos
valdrán más y los peores, menos. Y algunos, como le ha pasado a Lehman
Brothers, sí llegarán a cero. El negocio de los bancos está basado casi
únicamente en la confianza. Cuando todos los que formamos la economía
volvamos a recuperla los bancos volverán a destacarse como el mayor
sector de las economías mundiales.