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Iberdrola gana un 332% más con Galán al frente

La compañía energética reelige al presidente que cambió el rumbo del grupo hace 18 años.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, se incorporó a la compañía energética en 2001
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, se incorporó a la compañía energética en 2001larazon

La compañía energética reelige al presidente que cambió el rumbo del grupo hace 18 años.

La reelección de Ignacio Galán como presidente de Iberdrola asegura la estabilidad en el futuro de la energética. Cuando se incorporó en 2001 como vicepresidente y consejero delegado, procedente del sector de las telecomunicaciones, Galán inició uno de los procesos de transformación más profundos, rápidos y exitosos en una gran empresa en los últimos años. Tanto es así, que la cifra de negocios del grupo ha pasado desde los 8.100 millones de euros al cierre de 2011, hasta los más de 35.000 millones en el año pasado. En ese mismo periodo, el resultado bruto de explotación (Ebitda) creció desde los 2.400 millones hasta los casi 9.350 millones del último ejercicio, mientras que el beneficio neto ha crecido un 332% en los últimos 18 años, desde los 906 millones en el año en el que entró Galán hasta el récord histórico de 3.014 millones alcanzado durante el año pasado.

Para Galán, «es perfectamente compatible obtener buenos resultados económicos y liderar, a la vez, la lucha contra el cambio climático». Con una capacidad renovable que se acerca a los 29.200 megavatios (MW) en todo el mundo, desde los 9.450 MW de 2001, las cifras avalan el planteamiento del presidente de la energética. La apuesta de Galán por las energías renovables se inició con la presentación de su primer plan estratégico (2002-2006), con el objetivo de duplicar el tamaño y los resultados de la compañía en sólo cinco años. Con estas directrices, Iberdrola se adelantó a las tendencias al asumir que la utilización masiva de los combustibles fósiles no era sostenible y que el cambio hacia la descarbonización de la economía y el crecimiento de las energías limpias para combatir el cambio climático era imparable e irreversible. «Zapatero a tus zapatos», dijo Galán en su momento sobre el giro estratégico de la compañía.

Gracias a este plan, Iberdrola adquirió el tamaño y el músculo necesario para afrontar nuevos retos como consolidar su liderazgo en renovables y acometer su expansión internacional. En 2001, la energética concentraba casi el 100% de su actividad en España. Galán tenía en la cabeza una Iberdrola «más internacional, más sostenible, más verde y más rentable», por lo que en 2007 y 2008 impulsó dos procesos de integración que se tradujeron en la entrada de la compañía en los mercados de Reino Unido y Estados Unidos tras la adquisición de las compañías ScottishPower y Energy East, respectivamente. A su vez, el grupo potenciaba su posicionamiento internacional multiplicando su crecimiento en México y Brasil, donde ya estaba presente, y profundizaba la expansión del negocio de renovables. A la adquisición de la brasileña Elektro en 2011 le siguió la integración de la estadounidense UIL en Avangrid y la expansión en Europa a través de grandes proyectos renovables.

La Iberdrola volcada en el mercado español con la que se encontró en 2001 es hoy uno de los principales grupos energéticos globales, un líder mundial en energías renovables y una de las mayores compañías eléctricas del mundo por capitalización bursátil. Iberdrola suministra energía a más de 100 millones de personas en todo el mundo y ocupa una posición de liderazgo en sus mercados estratégicos. En Estados Unidos es el tercer productor eólico a través de su filial Avangrid. El 100% de la energía que produce en Reino Unido es de origen renovable. En el mercado latinoamericano, Iberdrola se sitúa como el primer productor privado de electricidad en México, mientras que en Brasil mantiene su liderazgo con cerca de 14 millones de puntos de suministro con su filial Neoenergia. En Europa se coloca como el primer productor eólico, es la primera energética en España y está presente en Portugal, Francia, Italia, Alemania y Grecia.

Nueva etapa de crecimiento

Iberdrola mantendrá su estrategia, criticada en el pasado y ahora imitada por sus competidores, en los próximos años y continuará acelerado su crecimiento mundial. Para conseguirlo, las inversiones ascenderán a 34.000 millones durante el periodo 2018-2022, lo que supone una revisión al alza de 2.000 millones respecto al planteamiento inicial. Fruto de esas inversiones, la compañía espera cerrar 2022 con un Ebitda superior a los 12.000 millones y situar el beneficio neto entre 3.700 y 3.900 millones de euros, lo que supone un incremento de hasta el 30% respecto a 2018, manteniendo la solidez financiera del grupo. Además, la compañía seguirá liderando la transición energética y adoptando las soluciones que reclama la mayor electrificación de la economía para combatir el cambio climático: más energías renovables y nuevas y mejores soluciones energéticas para los clientes.