sanchez galan, iberdrola
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El mercado aplaude los últimos pasos de Iberdrola. Ya tiene fecha para la salida a bolsa de Neoenergia, su filial brasileña y ha cerrado un acuerdo con Macquarie para pujar por un nuevo proyecto eólico marino en Holanda. Los inversores han apreciado los dos movimientos y han llevado sus títulos a máximos históricos y acercándose a los 9 euros por acción.

La energética actualizó al alza sus objetivos de este año y los analistas ajustaron, en consecuencia, sus precios objetivos. Pero la cotización ya supera los valores asignados en muchos casos. En lo que va de año, la acción de la energética se ha revalorizado un 27%, hasta los 8,9 euros a los que cerró la sesión de este viernes.

La racha alcista que encadenan sus acciones desde hace semanas ha puesto ya al mercado en alerta: el precio objetivo del consenso del mercado se sitúa casi un 6% por debajo de la cotización actual, en 8,36 euros, y las recomendaciones de comprar han bajado en los últimos seis meses de un 77% a un 58%, ganando terreno la de 'mantener' (del 23% al 38%) y las primeras opiniones de 'sobreponderar' la posición.

El negocio offshore está entre las principales palancas de crecimiento para este año, sobre todo a la espera de la resolución de los procesos en los que participa en Estados Unidos, apunta el último análisis de Credit Suisse. De hecho, consideran que es una de las firmas mejor posicionadas, junto con Siemens Gamesa, para aprovechar el tirón de este negocio durante los próximos años. Según las estimaciones de Credit Suisse, entre 2019 y 2025 se instalarán a nivel global 55,6 gigavatios (GW) eólicos marinos, un 35% más respecto a su previsión anterior.

UN GIGANTE EN EÓLICA MARINA

La meta de Iberdrola para 2023 es superar los 3 GW instalados y sujetos a contratos de suministro a largo plazo, con una cartera de 2.500 MW en desarrollo. Cumplir esa meta supondrá multiplicar por cinco su actual operación offshore que se compone de dos parques en operación que suman 545 MW: el de West of Duddons Sands, en Reino Unido, y Wikinger, en las aguas alemanas del mar Báltico.

Además de este parque, en operación desde el pasado mes de diciembre, Iberdrola se ha adjudicado dos proyectos más en el Báltico (Baltic Eagle y Wikinger Süd) que prevé 'encender' en 2023. La energética está construyendo también el macroproyecto East Anglia, en Reino Unido, que cuando entre en operación el año que viene será uno de los mayores parques eólicos del mundo. En Francia trabaja en el parque Saint-Brieuc y en Estados Unidos es socio del fondo danés CIP en Vineyard Wind, en Massachusetts.

Esta semana, ha dado un paso más en este negocio esta semana sellando un acuerdo con Green Investment Group, parte de Macquarie Group, para pujar por un proyecto eólico marino en Holanda de entre 700 y 750 megavatios (MW), como avanzó Expansión. Este proyecto está integrado por los parques Hollandse Kust Zuid III y IV, que se ubicarán a unos 20 kilómetros de la costa holandesa, y supondrá una inversión de unos 1.600 millones. En la puja, eso sí, están sus rivales en eólica marina: la danesa Osrted, la sueca Vanttenfall y el consorcio Witwind en el que participa Royal Dutch Shell.

La energética deja por el momento Asia fuera de su cartera y es algo que los analistas no acaban de ver claro porque pierde la oportunidad de participar en el desarrollo de 40 GW en la región, especialmente en China. Una oportunidad que sus competidores sí están aprovechando.

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