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El reciclaje de las ciudades
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El reciclaje de las ciudades


Reciclar y renovar edificios es clave para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Hacer los nuevos edificios sostenibles y neutros en emisiones de carbono, siguiendo el ejemplo de Urbanharbor, es aún mejor.

El reciclaje no se limita solo a latas y envases de plástico. En un proyecto del sur de Alemania, ha supuesto la reconversión de todo un complejo de almacenes de principios del siglo XX en un entorno de trabajo moderno con emisiones negativas de carbono.

Y debido a que los edificios, especialmente las estructuras de hormigón y ladrillo, generan elevadas emisiones de carbono, este tipo de reciclaje a gran escala puede marcar una gran diferencia en el impulso global hacia la sostenibilidad.

Urbanharbor es un antiguo espacio industrial de 200 000 metros cuadrados en Ludwigsburg, una ciudad cerca de Stuttgart. En torno a una nave industrial con armazón de hormigón construida en 1914, el recinto se ha convertido en la sede de algunos de algunas de las empresas más tecnológicas de la industria automovilística alemana, nada que ver con sus orígenes en la fabricación de calderas de cerveza.

Al centrarse en la eficiencia en una serie de áreas clave, Urbanharbor pretende estar entre los parques empresariales más sostenibles posibles.

Ya está demostrando sus emisiones negativas de carbono. Unos 5000 metros cuadrados de paneles solares generan energía que se vende a la red eléctrica a través del proveedor local SWLB. Mientras tanto, las tecnologías vanguardistas identifican continuamente cómo y dónde se utilizan los edificios y ajustan los sistemas de iluminación y climatización para adaptarse a los usuarios. 

Pero el proyecto no se limita al uso eficiente de la energía. También pretender eliminar los plásticos y productos de papel de un solo uso mediante la creación de un sistema centralizado de cocina y comedor que solo utilice recipientes de acero inoxidable y que pueda hacer un seguimiento de cada recipiente.

 

Sostenibilidad desde la base

Pero la sostenibilidad debe ser desde la base, literalmente en este caso. Esto significa minimizar el carbono incorporado en la fabricación de edificios.   

Los estudios señalan que alrededor del 45 % de las emisiones totales de un edificio, conocidas como carbono incorporado, se producen durante la fase de construcción del mismo. Esto es algo especialmente relevante en Europa, donde cerca del 90 % de los edificios se construyeron antes de 1990 y el 60 % antes de 1960. Los estudios han demostrado que, si se tiene en cuenta el inconveniente de las emisiones de carbono incorporado mencionado anteriormente, la rehabilitación puede suponer un 70 % menos de emisiones que la nueva construcción.  

En el caso de Urbanharbor, conservar la antigua infraestructura ahorró un equivalente a 2 millones de kilogramos de CO2, según Max Maier, uno de los responsables del proyecto.

Por desgracia, muchos edificios antiguos no se prestan a la conversión directa en nuevos espacios. La solución de Urbanharbor en el recinto de Ludwigsburg consistía, en efecto, en construir un edificio dentro de un otro.

Estos edificios dentro de otros requieren mucho menos material de construcción que las estructuras que deben sostenerse por sí solas. Pero la separación entre ellos y la estructura original ofrece propiedades aislantes y permite la creación de espacios en función de las necesidades del usuario. Los espacios pueden flexibilizarse, de modo que, por ejemplo, una parte del edificio puede albergar modernas oficinas, con ventanas insertadas en la antigua estructura, mientras que la parte trasera puede utilizarse para desarrollo de ingeniería. En Ludwigsburg, esto significó adaptar los edificios a las necesidades de sus inquilinos, incluidos Porsche y Bosch.

El futuro de Urbanharbor es crear espacios residenciales, alojamiento a corto y medio plazo. Dada la naturaleza altamente internacional del capital humano en la industria tecnológica, las empresas deben ser capaces de acoger a trabajadores extranjeros que vienen a trabajar en proyectos que tardan desde unas pocas semanas hasta varios meses en finalizarse, según Maier. Al mismo tiempo, existen oportunidades para implementar proyectos similares allí donde haya distritos de antiguos edificios industriales que hayan sobrevivido a sus funciones anteriores.

Lo más importante es que este concepto de «fusión de eficiencia energética con el lugar de trabajo del futuro» puede ampliarse y el equipo de Urbanharbor ya está buscando nuevas ubicaciones en toda Alemania, afirma Max Maier.

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