MiFID II está en boca de todos... ¿A qué cambios se enfrentan las empresas con la entrada en vigor de esta nueva normativa regulatoria?
MiFID es una directiva europea sobre mercados e instrumentos financieros, y MiFID II no es más que una versión actualizada de una normativa que ya está en vigor, pero en su versión inicial. El objetivo principal de esta normativa es armonizar a nivel europeo todas las regulaciones que afectan a productos y mercados financieros, y también a la relación entre los inversores y las entidades que les dan servicio de inversión.
¿Cómo va a cambiar esta nueva normativa a las gestoras, a los bancos, a los asesores, a los comercializadores?
Sergio Fernández-Pacheco, Director Financiero y de Operaciones de azValor, nos lo explica:
Desde luego, la normativa tiene impacto tanto en la comercialización –como dices– como en las “fábricas”, en las gestoras de los productos. Desde el punto de vista de la comercialización hay un aspecto muy relevante y es que las entidades van a tener que tomar una opción, se van a tener que definir como entidades independientes o no independientes.
Si una entidad se define como asesor independiente, no va a poder cobrar retrocesiones o rebates de las gestoras que “fabrican” los productos. Esto supone aproximadamente –para que te hagas una idea– entre el 65 % y el 75 % de la comisión de gestión que, actualmente, va a pagar la comercialización de los productos. Una entidad, si se define como independiente, no va a tener esa vía de ingresos.
Si, por el contrario, se define como entidad no independiente, o dependiente, sí va a poder cobrar retrocesiones bajo una serie de condicionantes. Va a tener que ofrecer una mayor gama de productos a sus inversores. Va a tener que ofrecer también herramientas para que los inversores puedan comparar mejor los productos. Y va a tener que dejar muy claro los costes que asumen los inversores invirtiendo en esos productos. Eso desde el punto de vista de la comercialización.
