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Un pronóstico saludable para la telemedicina
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Un pronóstico saludable para la telemedicina

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La COVID-19 y las exigencias de los confinamientos han provocado un cambio permanente en todo el sector sanitario. El analista del sector sanitario de BNY Mellon, Matthew Jenkin, examina en este artículo las consecuencias para el sector y las empresas que lo componen.

En la respuesta a la COVID-19, que fue como una placa de petri humana, el sector sanitario destaca por haber sido el más afectado. Con los confinamientos a partir del primer trimestre de 2020, la actividad habitual de la atención primaria tenía que cambiar, y eso significaba que las necesidades de los enfermos de COVID-19 eran prioritarias.

En muchos países del mundo, y en un esfuerzo por evitar que los hospitales estuviesen desbordados, el resultado fue el retraso de la mayoría de los procedimientos opcionales o cirugías no urgentes. Lo mismo puede decirse de las revisiones rutinarias programadas. En EE. UU., las visitas al médico y los procedimientos opcionales se redujeron a la mitad, tocando fondo a principios de mayo1.

“Todo se redujo, desde la atención primaria rutinaria hasta la atención al cáncer, e incluso las visitas a urgencias por dolor torácico”, señala el analista sanitario de BNY Mellon, Matthew Jenkin. “Es verdaderamente

difícil saber cuántas muertes o empeoramientos de pronóstico se produjeron como resultado. Y en su momento se debatió qué era realmente opcional. Por ejemplo, las prótesis de rodilla se consideran opcionales, pero en EE. UU. también vimos cómo las sustituciones de válvulas cardiacas bajaron un 40%.

El descenso de las intervenciones importantes, como las sustituciones de válvulas cardiacas, coincide en cierto modo con el descenso de los diagnósticos de cáncer, cardiopatías y otras enfermedades graves. Las especialidades más afectadas fueron la psiquiatría, la gastroenterología, la dermatología y la reumatología, probablemente porque eran las consultas más aplazables, añade.

La telemedicina en cifras

  • 10%: porcentaje de proveedores de servicios sanitarios que han atendido a pacientes a través de la telemedicina antes de la COVID-19.
  • 70%: porcentaje de proveedores de servicios sanitarios que, en el momento álgido de la pandemia en 2020, dicen que interactúan con los pacientes a través de la telemedicina.
Fuente: Estudio de Impacto HCP COVID-19 de Ipsos, abril de 2020

El futuro es ahora

En este vacío de citas anuladas, revisiones pospuestas y diagnósticos perdidos, apareció el fenómeno relativamente nuevo de la telemedicina. Aquí, en lugar de reuniones presenciales con médicos y clínicos, los pacientes pueden ser diagnosticados y, en algunos casos, tratados a distancia mediante el uso de la tecnología.

“Recientemente, el 57% de todas las citas psiquiátricas se realizaban con telemedicina, algo que podría mantenerse en el futuro”, afirma Jenkin. “Hoy en día casi el 20% de todas las consultas de atención primaria se realizan por telemedicina, tras alcanzar un máximo del 38% a principios de mayo de 2020. Y todo esto se compara con el 2% de telemedicina antes de la crisis, así que claramente las cosas han cambiado”.

En el pasado, la telemedicina se enfrentó a numerosos obstáculos para su adopción: no sólo la comprensión por parte de los pacientes de la capacidad de los médicos para diagnosticar afecciones a distancia, sino también la forma de pago. Sin embargo, ahora, al menos en EE. UU., dice Jenkin, el gobierno y las empresas privadas han acordado las tasas de reembolso. A largo plazo, cree que la infraestructura será eficiente e incluso puede suponer un ahorro económico. Mientras tanto, los pacientes se sienten cada vez más cómodos con la telemedicina, ya que su uso se ha normalizado.

Tendencias que se aceleran como resultado de la COVID-19:

  • Telemedicina
  • Seguimiento remoto de pacientes
  • Atención domiciliaria
  • Tecnologías genéticas

Seguimiento remoto en tiempo real

Aparte de la telemedicina, otra tendencia que Jenkin observa con atención es la monitorización de pacientes a distancia. Es cuando los biosensores utilizan un sistema basado en la nube para transmitir en tiempo real los datos vitales de los pacientes a los cuidadores, enfermeros, médicos y familiares. Actualmente se utiliza para la monitorización cardiaca, del oxígeno, de la glucosa y del sueño para comprobar las constantes vitales y controlar la evolución de la enfermedad.

“Estábamos entusiasmados con el futuro de los biosensores antes de la pandemia, pero ahora estamos viendo una adopción generalizada de estas tecnologías a un ritmo más rápido para controlar enfermedades como las arritmias cardiacas y la diabetes”, afirma Jenkin. “Estas tecnologías están reduciendo las visitas al hospital y en persona y, lo que es más importante, creemos que van a evitar resultados negativos en el futuro”, afirma.

¿Existe potencial de beneficios?

Y más allá de la telemedicina, ¿qué ocurre con las empresas farmacéuticas, particularmente las que ayudaron a desarrollar las vacunas contra la COVID-19? ¿Podrían obtener ganancias inesperadas gracias a sus esfuerzos?

Según Jenkin, en contra de lo que se pueda creer, no son necesariamente los fabricantes de vacunas, las empresas farmacéuticas, las que tienen el mayor potencial de beneficios. El establecimiento de precios por dosis de vacuna a nivel mundial comenzó a mediados de 2020, cuando una gran compañía farmacéutica estadounidense firmó un contrato con el gobierno de EE. UU. por alrededor de 20 dólares por dosis2. Sin embargo, los contratos posteriores de EE. UU. apuntan a precios alrededor de los 10 dólares, algunos incluso más bajos3, y Jenkin estima que el coste de los bienes vendidos para cada dosis es de entre 5 y 7 dólares.

“En mi opinión, parece que los ingresos de los fabricantes se quedarán muy por debajo de las expectativas”, afirma Jenkin.

Las empresas de ciencias de la vida, que suministran los materiales para fabricar las vacunas, son las que más probablemente verán el beneficio real, añade. Con el mayor proyecto de biofabricación del mundo en marcha, las empresas de ciencias de la vida están desempeñando un gran papel en la producción de vacunas. El precio por dosis que reciben debería estar muy por encima de sus costes, en comparación con las empresas farmacéuticas.

Y Jenkin concluye: “Creo que las empresas de ciencias de la vida tendrán la oportunidad de beneficiarse durante la fase pandémica del virus, así como si hay una recurrencia estacional como el resfriado común, del que se cree que el 25% ha sido coronavirus en algún momento”.

1 CNBC: A los médicos les preocupa que el coronavirus aleje a los pacientes de los hospitales de EE. UU., ya que las visitas a las urgencias disminuyen: ‘Los ataques al corazón no se detienen’. 14 de abril de 2020.
2 NPR: Los precios de las vacunas para la COVID-19 están empezando a ser visibles. 6 de agosto de 2020.
3 Ibid
Información Importante
https://www.bnymellonim.com/outlook/global-disclosure/
GE571769    Exp: 24 Nov. 2021
 
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