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Renta fija europea: "La duración importa"
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Renta fija europea: "La duración importa"

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La renta fija se encuentra en un momento excepcional, ante el entorno de bajos tipos de interés, la volatilidad y los datos económicos. Compartimos hoy esta entrevista realizada recientemente a David Simner, gestor de fondos dentro de la gama de fondos de renta fija europea de alta calidad crediticia de Fidelity, en la que repasa las perspectivas para el activo y las claves para conseguir rentabilidades ajustadas al riesgo este año. 

Pregunta. Dado que los tipos van a permanecer en niveles bajos, ¿es conveniente que los inversores sacrifiquen algo de interés y opten por un producto de duración corta? 

David Simner: "Aunque nuestra hipótesis de trabajo contempla un periodo prolongado de tipos de interés bajos en Europa, eso no garantiza en absoluto que la volatilidad vaya a ser baja. Esta idea quedó ampliamente demostrada en 2015, cuando los rendimientos del bund (bono alemán a 10 años) oscilaron violentamente a pesar de las cuantiosas compras del BCE. El riesgo de que haya más volatilidad es elevado mientras la Fed prosiga con su incremento gradual de los tipos de interés. 

Nuestro fondo estrella de bonos agregados europeos presenta una duración total de 6,3 años, frente a los 1,8 años del fondo de bonos agregados a corto plazo. Para los inversores preocupados por cómo se extrapolan los acontecimientos al otro lado del Atlántico o que, de hecho, creen que 2016 será un año de mayor crecimiento en Europa, un producto con una menor sensibilidad a los tipos subyacentes podría más atractivo, ya que generaría la mayor parte de las rentabilidades a partir de la selección de títulos".
 

- ¿Está cambiando el ciclo crediticio para las empresas de alta calidad?

"Se podría responder a esta pregunta con un simple "no", pero vamos a ahondar un poco. Durante los últimos siete años, las empresas europeas han gestionado sus balances de forma muy cautelosa y así sigue siendo en la mayor parte de los casos. Lo que preocupa a algunos inversores son las medidas favorables a los intereses de los accionistas que hemos empezado a ver en Europa. En este punto del ciclo, no es infrecuente que esto ocurra.

Las empresas estadounidenses ya llevan algún tiempo mostrando un deterioro de sus balances, ya que están aprovechando los bajos tipos de interés en su mercado y en Europa para obtener deuda con la que financiar fusiones y adquisiciones, así como para devolver capital a sus accionistas. Esperamos ver más situaciones de este tipo en Europa el próximo año, pero no tantas como para echar por la borda el gran trabajo que han hecho los equipos directivos desde  la crisis financiera.

A consecuencia de ello, el apalancamiento aumentará lentamente,  pero el otro factor que subyace a este movimiento es el numerador de la ecuación: los  beneficios. Nuestra hipótesis de trabajo es que los beneficios se recuperen de forma  moderada en 2016, impulsados por el abaratamiento de las materias primas y un  consumidor más proclive a gastar, lo que debería hacer que el apalancamiento se  mantenga estable. 

De hecho, aunque el ciclo crediticio esté cambiando, eso es simplemente un rasgo general y seguirá habiendo empresas que no se endeuden más o que ya tengan su endeudamiento en máximos y lo reduzcan. También corremos el riesgo de olvidarnos de lo positivo. Las "estrellas nacientes" (empresas a las que se les revisan al alza sus calificaciones crediticias) seguirán siendo importantes en esta clase de activo y un foco de atención para nuestras carteras.

Muchos de los "ángeles caídos" (los que sufren revisiones a la baja) de 2008-2009 han trabajado con ahínco para mejorar sus fundamentales y recuperar su estatus de alta calidad crediticia. La evolución positiva de las calificaciones debería traer consigo una compresión de los diferenciales el próximo año". 


¿Es más inmune a la volatilidad la parte corta del mercado de alta calidad crediticia? 

El aumento de la volatilidad fue una de las grandes sorpresas de 2015 para muchos actores del mercado. Para ponerlo en perspectiva, basta con recordar que el índice agregado ha registrado una volatilidad anualizada del 3,5% en 2015, por encima del 2,5% del mercado de bonos de alto rendimiento europeos. Sin embargo, el extremo corto del mercado ha sido más inmune y ha registrado una volatilidad anualizada de tan solo el 0,4%.

A primera vista, podría parecer que la mayor frecuencia de los movimientos en los precios es cíclica y está marcada por los acontecimientos. La desaceleración de los mercados emergentes y el crecimiento mundial, la caída de los precios de las materias primas, las divergencias en política monetaria y los problemas puntuales experimentados
por algunas empresas muy conocidas han marcado el tono del mercado. Sin embargo, los mercados secundarios son muy diferentes a cómo eran hace unos años.

En un esfuerzo por limitar los riesgos sistémicos, las nuevas normas sobre los dealers han hecho que para los bancos sea cada vez más caro desempeñar su función tradicional de intermediarios en los mercados de bonos. Además, la intervención de los bancos centrales a través de sus programas de relajación cuantitativa también está teniendo
consecuencias indeseadas para los inversores, que intentan aumentar la duración o reducir la calidad en busca de rendimientos.

Dado que existen pocas alternativas, en estos momentos es más fácil que antes que las posiciones se masifiquen rápidamente, lo que provoca fuertes oscilaciones. Sin embargo, aunque los mercados han sido testigos de algunos ajustes a la baja espectaculares en los precios de los bonos, no han sido "desplomes" y en general se han recuperado con mucha rapidez. 

Creemos que la volatilidad de los bonos ha llegado para quedarse. Como resultado de ello, el segmento de vencimientos cortos del mercado podría acrecentar su atractivo. Las dudas en torno a la capacidad de las empresas para pagar sus deudas no son tan fuertes aquí; así, la mayoría de las empresas de alta calidad crediticia tendrán escasos problemas de liquidez durante los próximos tres años, lo que reducirá los episodios de nerviosismo
en los mercados. 

Además, como hemos comentado antes, no son tan sensibles a los movimientos de los tipos subyacentes. Esta parte del mercado también presenta un cuadro técnico favorable, ya que muchos inversores, especialmente institucionales, se centran en esta parte de la curva. La volatilidad total en duración será más baja en el segmento corto de la curva. La volatilidad continuará en los mercados de deuda, pero el extremo corto debería aguantar mejor.
 

- ¿Qué tipo de rentabilidades espera en los bonos europeos de alta calidad crediticia en 2016?

En conjunto, somos optimistas sobre estos bonos en 2016. El crecimiento más vigoroso de los países desarrollados gracias al descenso de los precios de las materias primas, que ha invertido las posiciones de los productores y los consumidores de energía, es la base de nuestra positiva visión macroeconómica.

Además, la debilidad del euro, un sistema bancario mucho mejor capitalizado, la expansión del crédito, la mejora de los PMI, las bajas tasas de inflación, las políticas expansivas de los bancos centrales y la subida gradual de los tipos de interés en EE.UU. allanan al camino para que los fondos de bonos agregados consigan rentabilidades reales positivas entre el 2% y el 5%.

El Euro Short Term Fund también debería ser capaz de conseguir rentabilidades reales positivas, aunque posiblemente con un potencial bajista más limitado si los tipos de interés empiezan a subir más. Por tanto, prevemos unas mejores rentabilidades ajustadas al riesgo debido a la menor volatilidad del extremo corto de la curva.
 

Sin embargo, mi convicción en esta clase de activo me lleva en estos momentos  a apostar a largo plazo por este mercado y a estar dispuesto a aceptar la volatilidad"

 

David Simner es gestor de fondos dentro de la gama de fondos de renta fija europea de alta calidad crediticia de
Fidelity. David se incorporó a Fidelity en 1996 como analista cuantitativo y ascendió hasta el puesto de Director de análisis cuantitativo. Ha trabajado como gestor en la gama de fondos de renta fija europea de alta calidad crediticia de Fidelity desde 2009. Antes de incorporarse a Fidelity, trabajó en NatWest como programador cuantitativo y en KPMG como consultor tecnológico.

Dirigido exclusivamente a profesionales de la inversión. No debe ser tomado como referencia por inversores particulares. 

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