Ibercaja Gestión
Ibercaja Gestión
Nuevos ratios de valoración bursátil
Enviar mensaje
Espacio patrocinado

Nuevos ratios de valoración bursátil

Me gusta
Comentar
Compartir

No podemos obviar, que el mundo de la gestión de activos está en constante evolución. A los tradicionales ratios de valoración, el PER, el EV/EBITDA, el Free Cash Flow Yield, debemos incluir otra variable fundamental a la hora de analizar un sector o una empresa, cómo es su grado de “digitalización”. Y es que a pesar, de que muchas voces apuntan a que podríamos estar ya a las puertas de la 4ª Revolución Industrial, en muchos sectores económicos todavía estamos bastante lejos de completarse la 3ª Revolución Industrial o Revolución Digital.

Quedémonos con este dato: tan sólo el 27% de la economía estadounidense está digitalizada, a pesar de ser una de las naciones punteras en estos desarrollos, y por otra parte, España a pesar de ser la economía número 14 del planeta, ocupamos el puesto 45 en lo que respecta al desarrollo de la digitalización. Y es que el crecimiento global se ha estancado durante los últimos 10 años, con el viento en contra del crecimiento demográfico y la baja productividad como consecuencia de la desaceleración en la difusión de nuevas tecnologías a ciertos sectores productivos.

Vivimos en un mundo paradójico: más tecnología, pero menos crecimiento de la productividad. Realmente, los fuertes incrementos de productividad se vivieron con la Primera y Segunda Revolución Industrial que bajaron la curva de costes de forma importante y condujeron a fuertes crecimientos económicos ayudados por una demografía favorable. En la 1ª Revolución Industrial (1770-1860), fue clave la invención del motor de vapor, el uso del carbón como principal fuente de energía, el hierro como materia prima. En la 2ª Revolución Industrial (1860-1948), el petróleo reemplazó al carbón, el acero reemplazó al hierro, y los motores de combustión interna sustituyeron a los motores de vapor. La Ley de Moore ha sido uno de los principales catalizadores de la 3ª Revolución Industrial o Revolución Digital.

Silicon Valley es el nuevo acero, los datos el nuevo petróleo, y los transistores inventados por los Laboratorios Bell en 1948, los nuevos motores. Desde el punto de vista del consumidor llevamos años “digitalizándonos” a través de los smarthpones, el e-commerce o las redes sociales, con un efecto totalmente disruptivo sobre modelos de negocios que habían pervivido durante décadas inalterados. La diferencia frente a olas tecnológicas pasadas radica en que éstas introducían mayores o menores mejoras en los procesos productivos y comerciales a lo largo de la cadena de valor, pero sin la capacidad transformadora que supone la interconexión de millones de consumidores, máquinas y productos.

Así, el análisis de los sectores altamente digitalizados como Media, Hoteles, Distribución, Juegos, muestra el alto valor que podríamos tener en sectores poco digitalizados como el Farmacéutico, el Industrial, el de Autos, y en consecuencia, dentro de un sector, las grandes diferencias que puede haber entre distintas empresas. En la próxima década habrá 5 veces más fármacos aprobados por la FDA (Autoridad Reguladora Norteamericana) cada año, el output industrial podría incrementarse hasta un 50% y el mejor uso de los datos permitiría un transporte más eficiente, así como también el mayor uso de la movilidad compartida.

La rapidez de esta transformación dependerá del nivel de inversión en información digital, impulsado por el Internet de las cosas (Internet of Things), la inversión en tecnologías de análisis que permiten a las compañías procesar información más en detalle y con mayor velocidad de la que hayan tenido nunca (como el Big Data y el Smart Data), y los sistemas de conectividad y automatización. Pero aquí, podemos extraer otra conclusión adicional: ¿qué empresas están detrás de todos estos desarrollos? Todo Silicon Valey.

Las empresas propulsoras de estas tecnologías siguen siendo una apuesta clara de inversión, y sobre todo porque algunas de ellas serán realmente las que lideren la transición hacia la 4ª Revolución Industrial. Ésta necesitará probablemente nuevos materiales como el grafeno, nuevas fuentes de energía no contaminantes, nuevas formas de computación más allá de la ley de Moore para llevar a cabo la Inteligencia Artificial. En breve, todavía no estamos ahí, pero vamos a adelantarnos a este futuro.

 

 

Beatriz Catalán Corredor

Doctora en Economía

Gestora de Inversiones, Ibercaja Gestión

0 ComentariosSé el primero en comentar
User