Todo es relativo

Leía hace poco que no se deben buscar valores absolutos en un mundo relativo y me pareció una frase muy acertada. Me explico. A comienzos de este año, el FMI estimaba un crecimiento para España del 1,6%, el déficit rondaba el -2,80%, y el nivel de deuda sobre PIB el 95%. En este contexto, el bono español a 10 años cotizaba a una rentabilidad cercana al 0,50%. ¿Y ahora? Tras la crisis del Covid-19, el crecimiento esperado para España será negativo y rondará el -12% según el FMI y el nivel de deuda sobre PIB podría superar el 120%. Con todo esto, si echamos un vistazo a la cotización del bono, vemos como no solo no ha repuntado, sino que a día de hoy ronda el 0,25%. Es decir, España se financia más barato que como lo hacía a finales de 2019. Nuestro país no es una excepción y vemos el mismo fenómeno en el resto de economías europeas. ¿El motivo? Fácil, el BCE con su programa masivo de compra de deuda unido a los programas de expansión fiscal anunciados y puestos en marcha a lo largo de los últimos meses. La evolución de los mercados financieros en el futuro próximo será el resultado no solo de los datos “absolutos” que nos muestren las estadísticas sobre crecimiento, sino también de los mensajes que lancen las autoridades tanto monetarias como fiscales, por eso éstas deberán ser muy cuidadosas con sus discursos si quieren que a pesar de los desequilibrios económicos que deberemos afrontar en el futuro, la estabilidad financiera se mantenga.

Cristina Gavín Moreno

Responsable Gestión Activa

Ibercaja Gestión