Los activos más y menos rentables en mayo de 2019 y en la última década
Durante gran parte de este año, los mercados de renta variable han disfrutado de un importante avance ayudados por las posturas flexibles de los bancos centrales, así como por la posibilidad de que EE. UU. y China alcanzasen un acuerdo comercial. Así, a primeros de mayo, el S&P 500 registraba un máximo histórico. Sin embargo, seis días después, el anuncio de que EE. UU. seguía adelante con las subidas de los aranceles a las importaciones estadounidenses desde China puso a prueba a los inversores. Las bolsas evolucionaron negativamente durante el mes, y Asia sin Japón, los mercados emergentes y el índice S&P 500 cedieron en todos los casos más de un 6 %. Las tires del Tesoro estadounidense se desplomaron, y ahora los mercados reflejan en sus valoraciones más de tres bajadas de los tipos por parte de la Reserva Federal (la Fed) de aquí a 2020, lo cual ha hecho que la deuda soberana de EE. UU. registre una rentabilidad positiva del 2,4 % en el mes.
Aunque EE. UU. y China rompieron las negociaciones, hasta la fecha el impacto se ha dejado sentir más en los mercados de renta variable que en la economía. El 10 de mayo, el gobierno estadounidense subió la tasa arancelaria sobre un volumen de exportaciones chinas de 200.000 millones de USD del 10 % al 25 % y amenazó con gravar a un tipo del 25 % los 300.000 millones de USD de importaciones restantes procedentes del gigante asiático. La represalia de China a dicha medida fue un incremento del rango arancelario del 5-10 % al 5-25 % sobre los 60.000 millones de USD en mercancías que el país recibe desde EE. UU.
Estas subidas de los impuestos de importación podrían afectar tanto a la economía estadounidense como a China. En EE. UU., la inflación podría aumentar, y es probable que el crecimiento registre un descenso en 2019 como consecuencia de ello. En adelante, las preocupaciones de los inversores se centrarán en las posibles caídas adicionales en las intenciones de inversión de capital como consecuencia de la incertidumbre comercial permanente, cuya onda expansiva podría traducirse en pérdidas de empleos y descensos en la confianza de los consumidores. A lo largo de mayo, las cifras anticipadas de los índices PMI manufactureros estadounidenses experimentaron retrocesos. El índice general cayó 2 puntos hasta los 50,6, y el componente de nuevos pedidos se situó en territorio de contracción al bajar de los 50 puntos por primera vez desde 2009. Pese a ello, la confianza de los consumidores estadounidenses aguanta por el momento, y en mayo el indicador avanzó hasta la sólida cifra de 134,1 puntos con respecto a los 129,2 del pasado mes.
El resurgimiento de las tensiones comerciales tendrá probablemente implicaciones para la economía y la política monetaria de China, y la ausencia de un acuerdo arancelario con EE. UU. amenaza con empañar las previsiones de crecimiento del país. La introducción de aranceles adicionales supuso una caída del 2,5 % del yuan frente al dólar en mayo, que compensó en parte el impacto de los impuestos aplicados a las exportaciones a EE. UU. Sin embargo, los aranceles aplicados hasta la fecha podrían lastrar el crecimiento del PIB chino restándole aproximadamente un 0,8 % durante este año y el próximo. Ni que decir tiene que estas estimaciones aún podrían empeorar en caso de que EE. UU decida gravar el resto de las importaciones hacia su territorio, aunque también podrían mejorar si las autoridades chinas responden con medidas monetarias adicionales.
En Europa, al igual que en EE. UU., la gran preocupación es que la incertidumbre comercial termine por filtrarse al mercado laboral y comience a afectar al sector de los servicios, que hasta la fecha se ha mostrado más resiliente. No obstante, las cifras de empleo más recientes en el viejo continente han sido sólidas y, de hecho, las primeras estimaciones de crecimiento del empleo en el 1T revelaron un repunte hasta el 1,4 % interanual anualizado.
La inyección de estímulo en China podría respaldar a Europa en la segunda mitad de este ejercicio, y otro factor positivo para la región es que el debate sobre la aplicación de aranceles a las importaciones de automóviles en EE. UU. permanecerá en pausa durante los próximos seis meses. En lo que respecta a las bolsas, la renta variable de Europa sin Reino Unido retrocedió un 4,8 % durante el mes.
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