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Renta 4 Cartera Selección Dividendo FI -0,1% a cierre de mayo de 2016
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Renta 4 Cartera Selección Dividendo FI -0,1% a cierre de mayo de 2016

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Renta 4 Cartera Selección Dividendo FI cierra mayo con una rentabilidad mensual de +2% y una rentabilidad en lo que llevamos de año de -0,1% frente al -6,2% del Euro Stoxx 50, más de 6 puntos mejor que su Benchmarck. A 3 años la rentabilidad de Renta 4 Cartera Selección Dividendo FI es del +20,5% o un 6,4% anualizado. La exposición a bolsa se ha incrementado ligeramente hasta el 92,9% desde el 91,3% de cierre del mes de abril.

Las compañías que mayor rentabilidad han tenido durante el mes han sido: Vodafone, Novartis, Unilever, Siemens, BNP, Reckitt Benckiser, Deutsche Post y ABInbev. Mientras que las compañías que peor resultado obtuvieron fueron: Rio Tinto, Santander, Shell, BMW, Gas Natural y Total Fina. Durante el mes se han cobrado dividendos de: BMW, Deutsche Telekom, Deutsche Post, Philips, Shell y Renta 4.

Los movimientos más importantes de la cartera del fondo fueron:
Incremento en: Airbus, Nestle y Novartis
Reducción en: Santander, BBVA, BNP, Vodafone, ING y Deutsche Post.
Es ya una opinión de consenso que los bancos centrales no saben cómo salir de la espiral de inyección de liquidez ya que ni se ha incrementado la inflación, ni el crecimiento está por encima de su potencial. Si no hay crecimiento, es casi imposible que repunte la inflación, y es muy difícil que se reduzca los niveles de endeudamiento de los estados.

En mi opinión, no hay que infravalorar el poder de los bancos centrales, los cuales, tienen dinero infinito para evitar un colapso de cualquier país, aunque fuese a costa de depreciar su moneda y cree desequilibrios relevantes en la economía local y en la del resto del mundo.

Japón nos lleva más de una década en la gestión de la recesión crónica y la deflación. El Banco Central de Japón tiene más del 70% de la deuda soberana de Japón y se embarcó hace ya algunos años en una política monetaria hiper expansiva en la que no dudaron incluso en comprar renta variable.

Sin embargo, Japón no ha conseguido los objetivos de incremento de la actividad económica, incremento del consumo y repunte de la inflación que se plantearon, más bien están en el mismo punto en el que estaban hace 5 años, con los mismos problemas y una moneda más depreciada que incluso se está apreciando en los últimos meses dando a entender que el mercado ya no cree en el QE de la economía japonesa.

El caso de Europa es similar, con un BCE incrementando semestralmente las medidas monetarias a adoptar. Pero como he comentado antes, la capacidad para imprimir billetes de los bancos centrales es infinita y creo que estamos a pocos meses de que se utilice la última bala de los bancos centrales: cancelar la deuda de los estados que tienen en sus balances.

La mayoría de los países desarrollados tienen un nivel de deuda insostenible que les frena a la hora de poder utilizar una política fiscal expansiva. La política monetaria ha llegado hasta casi el final de su andadura expansiva, pero la política fiscal expansiva sigue sin poderse utilizar porque los excesos del pasado de los gobiernos han dejado las cuentas públicas al borde del colapso e impago en muchos casos.

Si los bancos centrales siguen comprando la deuda de sus estados y la cancelan, conseguirán reducir el ratio de Deuda sobre PIB q llega, como en Japón, a estar por encima del 200%. Japón no está como Grecia porque tiene moneda propia, pero muchos países desarrollados tienen niveles de endeudamiento por encima del 100% que es, a todas luces, excesivo y que genera un riesgo para su propia economía. 

Para rebajar el ratio de deuda sobre PIB, solo se pueden hacer dos cosas: incrementar el PIB que a día de hoy no han sido capaces de hacerlo de manera significativa las políticas monetarias, o reducir la deuda. La deuda solo se puede reducir o reduciendo el gasto público o impagando parcialmente la deuda.

Reducir el nivel de endeudamiento de los estados se antoja la última bala para que las políticas fiscales sean más laxas, se puedan reducir impuestos e incrementar las inversiones de los estados o el gasto público.

¿Repercusiones? En principio.....ni idea. La teoría económica nos dice que se devaluaría la moneda o monedas que se embarcarán en este tipo de medida, habría un riesgo muy significativo de que la deflación actual se convirtiera en hiper inflación.....de hecho, imprimir billetes sin freno es lo que han estado haciendo países como Argentina, Venezuela......sin un resultado satisfactorio en cuanto al bienestar de su población. Pero, sea cual sea el efecto final, es la última bala de los bancos centrales.

La represión financiera que vivimos actualmente para el inversor conservador con tipos de interés cercanos al 0% e incluso en terreno negativo tiene en los accionistas la contraposición. Es decir, para un accionista, los tipos de interés actuales, son una variable muy positiva para el medio y largo plazo.

La bajada de los tipos de interés beneficia muy positivamente los resultados de las empresas, al ver reducido los gastos financieros asociados a la deuda. Este efecto no es inmediato en el caso de las grandes corporaciones con emisiones de bonos en el mercado, ya que tienen que esperar que vayan venciendo los bonos emitidos para refinanciarse a tipos de interés más ventajosos que producirá un incremento de los beneficios que puede llegar a ser muy relevante si la empresa tiene un nivel de deuda elevado.

Las empresas europeas por encima del grado de inversión, que históricamente se han financiado a un tipo de interés medio por encima del 5% y que a finales de 2008 llegó a ser de más del 7%, hoy en día se pueden financiar a tipos cercanos al 1%. Parte del recorrido de bajadas de los costes asociados al pago de la deuda se ha ido reduciendo desde el 7% de 2008 al 3% aproximadamente actual. Pero todavía queda recorrido de reducción de los pagos de intereses a medida que se vaya refinanciando la deuda que les vaya venciendo en los próximos meses/años.

Los sectores más favorecidos por esta nueva realidad de los tipos de interés son el sector de telecomunicaciones, eléctrico, inmobiliario, constructor y salud. Todos ellos, exceptuando el sector salud, con más deuda que la media del mercado. Los sectores más desfavorecidos son las empresas de materias primas que apenas han visto reducido sus costes financieros por culpa del desplome de los precios de las materias primas, el sector petrolero, turismo, automóviles y tecnología. En general a todas las compañías que tienen caja en tesorería en lugar de deuda, la bajada de los tipos de interés no les beneficia.

El sector bancario también se está viendo beneficiado en algunas variables de su negocio como: costes de refinanciación y los spreads de la deuda que emiten, pero evidentemente el mundo de tipos en 0% no le favorece, la mayor emisión de deuda de empresas en el mercado de capitales les favorece en el terreno de comisiones pero les sigue presionando a la baja el balance de préstamos concedidos. El efecto total sobre los resultados del sector bancario está más difuso y complicado de conocer.

Lo más positivo de este efecto es que las empresas están procurando emitir la deuda alargando los vencimientos para beneficiarse por más tiempo de unos tipos bajos, por lo que las compañías alargarán también más la mejora de sus beneficios.

Ver Informe de seguimiento (Documento en Pdf)

D.Javier Galán Parrado
Tel: 91 398 48 05 Email: online@renta4.es

Fuente: R4.com

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