Infografía: ¿Cómo podemos hacer frente a la crisis alimentaria y del agua?

Si la inseguridad energética sigue siendo un gran problema para muchos países hoy en día, la crisis alimentaria y del agua representa un problema aún mayor. ¿Pero qué implica esta crisis?
Desde la pandemia, se ha generado una mayor conciencia acerca de los recursos del mundo y la forma de protegerlos a medida que las temperaturas van en aumento, la población crece y la sustentabilidad de la cadena de suministro de alimentos y agua se pone bajo presión.

El conflicto en Ucrania ha supuesto una presión adicional para la producción y el suministro de alimentos y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de muchos sistemas de recursos.
Para aumentar la preocupación, en la primavera y el verano de 2022 se produjeron algunas de las sequías más extremas jamás experimentadas en muchos países de Europa, lo que antes era un acontecimiento muy poco frecuente en esta parte del mundo. La falta de lluvias, la contaminación y el exceso de consumo han sido la tormenta perfecta detrás de las sequías: actualmente, alrededor del 30 % de los europeos se ven afectados por la escasez de agua cada año.

Resulta preocupante recordar las palabras del vicepresidente del Banco Mundial en 2009, acerca de que "las guerras del siglo XXI serán por el agua, a menos que cambiemos la forma de gestionarla".
Se estima que en todo el sistema de alimentos y agua hay que gastar unos 30 billones de dólares para que el sistema sea sustentable.

Mark Lacey, Director de Global Resource Equities, dijo: "Si no cambiamos, vamos a ver cómo aumentan los bucles de retroalimentación negativos. En un escenario de calentamiento global de dos grados, la producción de maíz, por ejemplo, se reduciría en más de un 20 %. Asimismo, si no cambiamos, vamos a tener que utilizar más tierra para la agricultura, para alimentar a la creciente población. Esto causará más deforestación, provocando a su vez el colapso de las especies. Y, de hecho, una aceleración del cambio climático y del calentamiento global.

Vamos a ver una desertificación masiva de zonas en toda África. Esto, a su vez, desencadenará crisis de seguridad alimentaria y migraciones masivas. No es difícil imaginarse cómo se desarrollará todo esto. En última instancia, todo esto podría terminar en una hiperinflación masiva de los alimentos. "Esta es una posibilidad realmente aterradora a la que no nos hemos enfrentado por generaciones”.
A pesar del sombrío panorama, el cambio es posible y muchas empresas, así como los propios consumidores, pueden ofrecer soluciones prácticas a la crisis.

Felix Odey, Portfolio Manager de Global Resource Equities, añadió: "Estamos viendo la aparición de muchas tecnologías y aplicaciones de datos que están contribuyendo masivamente a aumentar los rendimientos agrícolas. Las tecnologías de edición de genes y de modificación genética son controvertidas en algunos mercados. Pero, del mismo modo, si estas permiten a continentes como América Latina adelantarse a algunos de los mercados agrícolas más desarrollados y requerir menos pesticidas y cantidades menores de fertilizantes, todo esto va a tener un impacto enorme y positivo".
"El consumidor es fundamental para esto. Si nuestras dietas se moderan aunque sea un poco, podemos tener un gran impacto en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, en todo el sector de la alimentación y el agua".
En esta infografía, examinamos los principales problemas y soluciones a la crisis de los alimentos y el agua y cómo la sociedad puede colaborar para resolverla.