Red Notice, una historia de altas finanzas asesinatos y la lucha de un hombre por la justicia - reseña

Red Notice, una historia de altas finanzas asesinatos y la lucha de un hombre por la justicia - reseña

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Red Notice es la historia del devenir profesional y empresarial de Bill Browder, fundador de Hermitage Capital, un hedge fund que construyó su leyenda operando como activista en el mercado ruso en la primera década de este siglo. Esta podría ser una historia de cómo un chico muy inteligente, con las mejores credenciales académicas (Stanford), y con una tradición familiar de excelencia académica (padre y tío excelentes matemáticos y hermano fisico de partículas), empieza a labrarse su carrera dentro del mundo capitalista, quizá para llevar la contraria a su abuelo, candidato a la Casa Blanca por el Partido Comunista de los EEUU (antes de la caza de brujas), quizá para conservar los lazos con Rusia establecidos por el mismo abuelo en sus diversas estancias de, ejem, adoctrinamiento.

El joven Bill, atraído por las posibilidades que abre el Este de Europa, inicia su andadura laboral como management consultant y prácticamente como un emprendedor en sí dentro de las empresas para las que trabaja. Browder se va buscando la vida para conseguir ir a donde en principio a nadie le interesa, la paupérrima Europa del Este recién liberada del yugo socialista. Es esta experiencia a pie de campo la que le permite darse cuenta del despilfarro que cometen los sucesivos gobiernos europeo-orientales en la oleada de privatizaciones que se suceden en el incipiente paso a la economía de mercado de los Estados. Browder intenta aprovechar la oportunidad empezando con su propio y bastante exiguo en el gran orden de cosas capital. Más tarde sin embargo intenta hacer algo más grande moviéndose como un apestado dentro de un banco de inversión, de cuya actividad de banca de inversión es expulsado por estas actividades, y empieza a construir una red de contactos que finalmente, tras trabajar para Solomon Brothers o ser espectador de primera línea de la hecatombe del imperio Maxwell, le permite crear su propio fondo y centrarse fundamentalmente en Rusia, la joya de la corona.

El carácter inquisitivo de Browder nos lleva por situaciones realmente curiosas como por ejemplo la búsqueda y adquisición de derechos de compra de acciones de compañías en proceso de privatización que fueron repartidos a todos los ciudadanos rusos, que no sabían muy bien que hacer con ellos aparte de cambiarlos por vodka a precios ridículos. Paso a paso, Browder localiza verdaderos diamantes en bruto, totalmente infravalorados, y multiplica por muchas veces el capital de sus inversores. No todo el monte es orégano sin embargo, y también se come con patatas la crisis de deuda cuando su fondo llega a perder el 90% de su valor, sin demasiadas salidas de capital, probablemente porque ante la velocidad de los acontecimientos y los niveles de pérdidas sufridos sus inversores ya no tienen mucho más que perder.

Bill Browder se recupera milagrosamente aunque para ello se tiene que enfrentar a los poderosos oligarcas propietarios de algunas compañías que le intentan colar jugadas como llevar a cabo ampliaciones de capital a las que no permiten a Hermitage acudir. Cuando uno se plantea qué motiva al oligarca a intentar a arruinar a un accionista en concreto, viene al caso el brevísimo cuento ruso en el que un pescador se encuentra un pez que habla y le concede un deseo, con la única salvedad de que lo que obtenga su vecino lo obtendrá multiplicado por dos, ante lo que el "afortunado" elige que el pez le saque un ojo.

Browder se ve triunfante tras el nuevo éxito, a la vez que ilusionado por la cooperación de las instituciones en sus guerras contra los oligarcas a los que se enfrenta. Pero las tornas cambias cuando el poder se queda sin enemigos a los que castigar / domar y ya Browder empieza a convertirse en un problema. Lo que sigue a continuación es un relato de la más delirante corrupción que penetra todas la capas del establishment ruso, pertrechada de una absoluta impunidad; ríanse Vds. del capitalismo de amiguetes que tenemos por estas latitudes. Cuando Browder se da cuenta reacciona muy rápido y logra salvar todo el capital y las ganancias liquidando de forma ordenada todas sus sociedades. Sin embargo el mastín no va a soltar la presa tan fácilmente y aparte de no dejar entrar a Browder de vuelta al país, emprende una serie de acciones increíbles e inauditas, al margen de todo ordenamiento jurídico ,que acaban en la huída de todo el personal de relevancia (rusos todos ellos) por la certeza del advenimiento de represalias y no contentos con ello la detención y tortura de Sergey Magnitsky, un abogado fiscal que se niega a creer que el régimen la pueda emprender con él y saltarse el imperio de la ley de forma tan flagrante y se niega a hacer falsas declaraciones para dar una pátina de legalidad a los sucesivos atropellos cometidos.

El relato se desviste de su piel de lobo capitalista y se convierte en un apasionante aunque triste recorrido por toda la lucha de Browder por desenmascarar al régimen y reivindicar la memoria del tristemente fallecido Magnitsky. En una tarea titánica en la que también se toca tangencialmente los entresijos de la política estadounidense, Browder logra que el Gobierno americano apruebe la ley que impedirá a todos los corruptos disponer de activos en EEUU o tan siquiera visitar el país. Pronto la UE aprueba unánimemente una doctrina similar.

El libro en ocasiones se torna incluso en novela de espías con pasajes verdaderamente emocionantes, como los sucesivos trasiegos por aduanas cuando la emisión por parte del Gobierno ruso de una orden de arresto internacional (Red Notice) a través de Interpol, con el fin de capturar y extraditar a Browder, hace pasar muy mal al autor, que concluye el libro reconocedor de que nunca estará totalmente a salvo, pero su mejor salvaguarda es publicar precisamente el libro que nos ocupa.

Browder sigue en la brecha tras haber dedicado su vida y su fortuna a exponer las tropelías narradas e intentar buscar hacer la vida más difícil a sus autores y beneficiarios. Lamentablemente el libro todavía no está disponible en castellano, aunque lo está en un montón de idiomas, lo que me hace suponer que no tardará mucho en traducirse.

No quiero dejar de comentar cuán presentes he tenido las palabras al respecto de la inversión en Rusia de @cfindipendente que en más de una ocasión ha explicado cómo el nunca entrará en un lugar donde la ley no es más que un pretexto que se utiliza sólo cuando interesa a los poderosos. Me ha hecho falta tener que leerme todo un librito para dar la dimensión adecuada al consejo de D. Marco (el libro si está en italiano aunque domine la lengua de Shakespeare) y aunque esté muy bien ser escéptico y aprender las cosas por uno mismo :-), no dejen nunca de escuchar a los que saben más.

Les animo encarecidamente a la lectura de Red Notice, un libro apasionante y entretenido si bien sombrío y de difícil digestión en algunos pasajes por la crudeza de los acontecimientos y sobre todo, por la nula esperanza de cambio que se vislumbra.

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