"Bonito piso en Madrid con vistas a la Malvarrosa": así me intentaron timar al buscar piso
"- Hola, Rocío. Soy Carmen Alba, acabo de ver su piso en Fotocasa y me ha encantado. ¿Cuándo lo podría ver?
- Hola, pues tengo a 15 personas en espera. A ver, hasta el 1 de febrero no podrías verlo, estoy en Conil porque han trasladado a mi marido por trabajo pero, mientras, si estás tan interesada puedo reservártelo. ¿Te paso mi número de cuenta?".
… Uf, chamusquina.
Y así empezaron mis andanzas en el peligroso y escurridizo mundo de las estafas de alquiler. Unos dicen que es normal, que al fin y al cabo eso pasa en las grandes ciudades; otros se protegen de mi con un círculo de sal porque se está extendiendo el rumor de que soy gafe.
Total, que estaba ilusionadísima por haber encontrado algo bueno, bonito y barato, sobre todo, barato. Esta es la primera regla: si el apartamento es una ganga, huid, insensatos.
Lo tenía todo: era amplio, cercano a mi trabajo, en una zona muy buena de Madrid, sin inmobiliarias de por medio. Solo había un problema, tenía que pagar la señal casi medio mes antes de poder verlo. Pero, bueno, a veces se te presentan golpes de suerte y confías en la buena fe de las personas.
Así que, tras una breve charla por teléfono, remití a la amable propietaria a mi madre (a mí me pueden engañar, pero a mi madre… ella es como un guardia civil implacable metido en 1,50 cm) así que todo estaba más que controlado. O eso pensábamos.
Le hicimos el ingreso (700 euros) y esa noche solo me faltó publicarlo en la sección de Sociedad de algún periódico de renombre. ¡Qué contenta estaba! Seguramente, levanté la curva de la página de Zara Home en menos de 20 minutos.
Y, de un día para otro, ni Zara Home, ni felpudo de Ikea ni, por supuesto, piso. Me llegó un mensaje de la propietaria diciendo que el dinero no le había llegado a la cuenta, cosa que me chocó ya que la transferencia estaba hecha con su recibo correspondiente.
En fin, parecía que todo se había quedado en un malentendido, ya que nos dijo que el error había sido suyo, que nos había dado el número de cuenta de su cuñada, que el dinero se nos iba a devolver y que, por favor, lo volviésemos a ingresar a una nueva cuenta. ¡Mire usted, pero qué despiste!
Efectivamente, el dinero volvía a estar en nuestra cuenta, pero no fue la amable, simpática y maternal propietaria, no. Fue el sistema de seguridad de dos entidades bancarias tras una investigación propia de CSI. Y es que, como ya nos olía a chamusquina, movimos hilos: ni la mujer se llamaba como decía, ni su DNI era verdadero, ni era la titular de la cuenta bancaria. Ah, bueno, y el dato más relevante: el piso que se suponía que iba a alquilar también se vendía en Valencia.
Creo que, para ser más fiel a la referencia en Fotocasa, la descripción tendría que haber sido algo así como “bonito piso en Madrid, ideal para una familia, con parking, calefacción y una terraza con vistas a la Malvarrosa”.
Por supuesto, no hemos vuelto a saber nada de esta señora y su número ya no existe. Seguramente estará en Hollywood o dando clases de arte dramático. Se le daría bien. Hizo el papelón de su vida.
Pero, aquí no acaba mi buena experiencia…
Second Round: de cómo me la intentó colar un ‘honorable matrimonio’ desde una ‘granja’
Un par de días después del fraude recibí un correo.
“Hola,
Mi nombre es XXX XX XX, la propietaria del piso situado en calle del general pardiñas,36, Madrid, una zona tranquila cerca de transporte público. Como puedes ver en las fotos el piso esta totalmente reformado y amueblado. Muy amplio 56m2 repartidos en 1 habitacion doble, 1 baño, un salón y una cocina completamente equipada. El precio de alquiler es 600€ /mes incluyendo los gastos.
Quisiera saber más informaciones de vosotros como donde estás trabajando, cuántas personas van a vivir en el apartamento y la period que quiere alquilarlo.
Gracias”.
He querido mantener la redacción del texto para que se note que la expresión era un poco llamativa, entre otras cosas. El piso es el de las fotos. Qué ganga, ¿no? Esto era de risa, pero bueno, decidí seguirle el juego y ¡menos mal! Porque si no, me hubiera perdido joyitas como esta:
“Nos gusta la naturaleza y los animales por eso nos mudamos a Bilbao para tener nuestra propia granja en un lugar tranquilo lejos de ruido”. Mi curiosidad periodística me impedía dejar de indagar en esta historieta. Así que, seguí: le pedí el enlace del apartamento que, supuestamente, estaba gestionado por la página de pisos vacacionales Airbnb.
“Para alquilar a largo plazo Airbnb exige un depósito por transferencia bancaria de tres meses (1.800€) para organizar la visita. Si decide alquilar el piso, el depósito se calcula como el primer mes de alquiler y dos meses de fianza que se reembolsará al final del contrato. Si quieres pagar por 6 meses o más por adelanto le hacemos un descuento”.
O sea, antes de organizar la visita, había que depositar 1.800 euros. Bueno, pues molt bé, pues adiós, Mari Carmen.
Como se puede ver, la apariencia de la web es bastante parecida. Vamos a reconocerle el mérito. Sin embargo, había muchas cosas que chirriaban: para empezar la URL; para seguir, normalmente, cuando visitas la página oficial y ya estás registrada aparece tu foto en la parte superior derecha. En la timo-web no aparecía nada. Pero, lo que cantaba era la parte de comentarios y recomendaciones: todas escritas en español, aunque el usuario fuera de Tombuctú y, por supuesto, haciendo uso de adjetivos pomposos. Señores estafadores, aquí no se lo curraron tanto.
En fin, todo esto ya está en manos de las autoridades, aunque la página sigue funcionando (de momento). He preferido reservarme los nombres de estas personas porque no serviría de nada, ya que este tipo de estafadores tienen más identidades que Nikita. Afortunadamente, algunos de estos intentos de fraude no llegan a efectuarse porque los propios portales los eliminan cuando los detectan.
¿Qué he aprendido con todo eso? Que hay que ser un poquito menos confiada y que el mundo de los alquileres y, en general el de las inmobiliarias se está volviendo un poco loco. Pero no todo es así, solo hay que estar un poco alerta y alejarte de esos ‘vende humos’, ya que el sector inmobiliario está subiendo como la espuma y actualmente es complicado encontrar algo realmente barato.
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