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Este fin de semana organizando papeles recuperé una guía de viaje con recomendaciones sobre qué ver y hacer en Nueva York. A pesar de que ya han pasado unos años, recuerdo con nitidez un sitio que me llamó especialmente la atención en mi primera experiencia en suelo americano. En el barrio de Manhattan, cerca de la Sexta Avenida, existe un gran reloj que muestra a los ciudadanos y visitantes el nivel de deuda pública en tiempo real que acumula EEUU. Datos cuasi idénticos son ofrecidos por el Departamento del Tesoro de los EEUU. En cualquier caso, no hace falta coger un avión ya que tenemos una réplica del reloj en internet donde aparece incluso con un mayor grado de detalle (www.usdebtclock.org). En 1989, el empresario Seymour Durst, cuya principal actividad era invertir en el sector inmobiliario, decidió instalarlo en un edificio de su propiedad para no perder nunca de vista la losa de deuda para las futuras generaciones ante la inacción de la clase política de entonces. Tras su fallecimiento en el año 1995, su hijo a través de la fundación que preside, ha continuado mantenndolo en un perfecto estado. En Europa no he logrado  encontranada  similar  pero  sí  en  internet, donde  existen  recursos para  seguir  con  mayor  o menor exactitud la deuda acumulada por los estados (www.smava.de/european-debt-clock/).   Curiosamente, en esta página podemos ver cómo cada segundo que pasa Alemania disminuye su deuda pública frente al resto de socios europeos, cuyos contadores suben estrepitosamente.

 

El próximo tres de noviembre se celebrarán elecciones en EEUU, renovándose el 100% de la Cámara de Representantes y un tercio aproximadamente del Senado, siendo proclamado el presidente el próximo veinte de enero del año 2021. En el partido demócrata todavía no tenemos candidato oficial, pero en su congreso interno del mes de julio quedará finalmente elegido. Donde no hay dudas es en el partido republicado, Donald Trump repetirá candidatura. No se conocen muchos detalles de los programas de ambos partidos, pero sí hay una clara línea roja marcada que separa a ambas fuerzas. Los candidatos decratas abogan por una subida de impuestos, especialmente acusada para las clases altas; mientras, Trump ya ha comenzado a filtrar que quiere lanzar su nuevo programa denominado Tax Cuts 2.0, que ahondará en las bajadas de impuestos impulsadas en el año 2017. ¿Es deseable subir o bajar los impuestos?, ¿es lógico bajarlos cuando el PIB continúa creciendo a ritmos superiores al

2% y con tasas de paro en mínimos históricos? El tiempo dará o quitará la razón a unos o a otros, pero merece la pena dedicar tiempo al informe que se ha publicado esta semana por parte de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) en EEUU (www.cbo.gov/system/files/2020-01/56020-CBO-Outlook.pdf), entidad independiente fundada en el año 1974. El objetivo de dicho organismo es facilitar la toma de decisiones a la comunidad política con el mayor grado de análisis posible en términos presupuestarios.

 

Una de las principales conclusiones que se puede sacar tras la lectura de dicho informe es que el nivel de déficit público en EEUU está ciertamente descontrolado. Si se mantiene la estructura de impuestos (imagínense si se bajaran adicionalmente de nuevo) y las principales partidas de gasto, el déficit presupuestario (volumen de gasto por encima de los ingresos) alcanzará la cifra de 1 billón de dólares tan solo en 2020, con una media de 1.3 billones de dólares anualmente en el periodo 2021-2030, lo que en términos acumulados representará más de 13 billones. En términos de PIB, la media de déficit público en dicho periodo será del 4.3%. Nunca antes salvo durante la Segunda Guerra Mundial el déficit público superó en EEUU el 4% durante más de cinco años de forma consecutiva. Este desequilibrio en las cuentas públicas provocará que el ratio de deuda pública sobre PIB sobrepase el 100% con casi toda seguridad en el año 2030. Hay que tomar con precaución dicha cifra ya que excluye, entre otras partidas, la deuda de las instituciones con respaldo gubernamental. En 2050, la proyección es que supere el 180% del PIB. Todos estos datos calculados con la premisa de mantener la situación de tipos de interés actual. No es fácil sacar conclusiones  positivas  ante  semejante  panorama,  sensación  extensible  a  los países  europeodado  su fuerte compromiso por mantener el nivel de bienestar social. Solo espero poder volver a Nueva York antes de que necesiten ampliar los dígitos de la pantalla del reloj.

 

Javier Alfonso Rillo Sebastián, CFA

Jefe de Análisis

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