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El engaño de Trump
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El engaño de Trump

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La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca es, una vez más, fruto de la ola de descontento creciente con la clase política que se viene alimentando en los países desarrollados, al igual que ocurriera en Reino Unido y que desembocó en el Brexit. Permítanme compartir en estas líneas mi opinión personal, basada en el análisis fundamental, de lo que vengo en llamar el engaño de Trump. Centrado exclusivamente en el plano de la economía y las finanzas, la política a seguir tiene tres vértices: Expansión del gasto público, bajada de impuestos y vuelta al proteccionismo. Comenzando por este último, la nueva administración norteamericana está cuestionando los acuerdos comerciales internacionales en que participa y prevé la implantación de aranceles a las importaciones y a la producción exterior de compañías autóctonas. Esta forma de actuar responde a una corriente de pensamiento que achaca la destrucción de empleo en sectores industriales de los países desarrollados durante la última década a la globalización y la deslocalización geográfica de la producción. El nuevo presidente parece estar obviando una realidad incontestable como es la mejora de la productividad derivada de los avances tecnológicos y en consecuencia la mayor tecnificación y robotización de los procesos de producción, que algo tendrá que ver en la sustitución de la mano de obra.

De otra parte, el presidente Trump ha prometido una expansión fiscal de un billón de dólares para mejora de las infraestructuras del país así como una rebaja impositiva importante. Cierto es que el país necesita de mejoras importantes en determinados aspectos como el ferroviario y otro tipo de obras públicas y que habrá empresas extranjeras de construcción de infraestructuras, de utilities y de tecnología, entre ellas algunas españolas con presencia importante de proyectos de envergadura, que se verán beneficiadas por el fuerte aumento de la actividad. Pero ¿qué impacto puede tener para la economía estadounidense a medio plazo la implantación de estas medidas de choque? En la tabla adjunta recojo la situación actual de las principales variables macroeconómicas sobre las que establecer algunas conclusiones. La economía norteamericana consiguió superar la gran recesión de los últimos años con una tasa de promedio de crecimiento del PIB superior al 2% anual, sin tensiones inflacionistas, con tipos de interés muy bajos y habiendo conseguido situarse en una situación prácticamente de pleno empleo, con una tasa de paro del 4,9%. Eso sí, mantiene los perseverantes y crónicos déficits gemelos, déficit público y déficit exterior, que ha derivado en un aumento permanente del endeudamiento del país hasta niveles del 104% del PIB.

Todas las medidas anunciadas tienen como objetivo provocar una fuerte aceleración del crecimiento económico y de la creación de empleo en muy poco tiempo. Son medidas de emergencia típicas de situaciones de crisis, que no es el caso. En mi opinión, en una economía que navega a velocidad de crucero, esto no tiene otra salida a medio plazo que más inflación, subidas de los tipos de interés como las que veremos acelerándose en los próximos meses y un fuerte aumento del endeudamiento. Y todo ello descansa en que la recaudación fiscal acompañe, en la medida que el crecimiento de la actividad compense la bajada de impuestos, al objeto de no perjudicar demasiado el equilibrio de las cuentas públicas. Todo esto debemos ponerlo en cuarentena porque . . . el gasto hay que financiarlo, por lo pronto, emitiendo mucha más deuda pública y ésta tienen que comprarla los inversores. Y prácticamente la mitad de la deuda americana está en manos de extranjeros, con China a la cabeza!!! seguida de Japón y los países árabes.

¿Quién comprará todo ese nuevo endeudamiento? Todo se basa en que EEUU puede seguir endeudándose sin límites, y eso puede quebrarse en un momento dado. Con la fuerte subida de tipos de interés, ¿tendrá capacidad de pagar los intereses y devolver deuda? Nadie imagina una administración americana quebrada, pero en los años de crisis sí lo imaginaron y el Congreso adoptó un límite a la deuda del país como medida prudente de buen gestor, pero este límite se viene elevando y autorizando año tras año. Por el lado del empleo, las nuevas inversiones públicas en infraestructuras y de las empresas industriales que vuelven a EE.UU. para evitar aranceles, serán generadoras de puestos de trabajo, pero ¿en una economía en pleno empleo? ¿encontrarán suficiente mano de obra o tendrá Mr. Trump que verse obligado a abrir alguna puerta en el muro?

Los mercados financieros están recogiendo el inicio de la era Trump con máximos históricos y el dólar se está revaluando, lo que resulta muy beneficioso para el resto del mundo. Pero la magnitud del viraje que está adoptando la política económica en EEUU genera gran inquietud, ya que a medio plazo estas medidas podrían derivar en colapso, pérdida de competitividad y fuerte depreciación del dólar, a lo que el resto del mundo no será ajeno.

 

Valero Penón Cabello
   Director General
   Ibercaja Gestión

 

 

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