El horizonte temporal clave a la hora de invertir en determinados fondos

Imagino que a muchos de ustedes el nombre de Neil Woodford no les suena para nada, y habrá otros que han escuchado hablar de él por primera vez, estos días. 

Neil Woodford es uno de los gestores de fondos británicos más reconocidos a nivel mundial, comparado con Warren Buffet por muchos. Sin embargo, a pesar de su fama y gran trayectoria en el pasado, los resultados no le han acompañado en los últimos ejercicios, lo que ha provocado que su fondo haya sufrido salidas importantes de dinero que finalmente han desembocado en la clausura del mismo, o lo que es igual, a la anulación de cualquier salida de dinero del fondo. 

Gran parte de lo ocurrido con el fondo de Neil Woodford tiene relación con la "mala" costumbre de algunos gestores de concentrar demasiado sus carteras de inversión en algunos valores o en llegar a invertir un porcentaje relevante del patrimonio gestionado en activos ilíquidos, lo que da muy poco márgen de maniobra en el caso de que haya necesidades de liquidez puntuales. 

Lógicamente, todos los gestores pasan por malas rachas, especialmente cuando hablamos de gestores cuyo criterio o capacidad de selección de compañías prima por encima de cualquier índice o mercado de referencia. Vean por ejemplo el comportamiento de los fondos de Paramés, desde que creó su propia gestora Cobas. No hace falta decir que Paramés es un gestor que ha sabido ganarse su reputación, pero hay muchos inversores que invierten en sus fondos, sin tener la tolerancia a la volatilidad o el horizonte temporal necesario para ello. 

Por ello, este tipo de gestores suele imporporar comisiones o reestricciones a los reembolsos durante el primer o primeros años de la inversión, ya que buscan tener un patrimonio bajo gestión que se mantenga lo más estable posible en el tiempo, para evitar que salidas bruscas de dinero puedan provocar una situación complicada para la "salud" del fondo. 

Nuestro consejo cuando inviertan en los fondos de gestores "estrella" es que tengan en cuenta que además de tener un perfil de riesgo que tolere la volatilidad que pueda tener el activo en cuestión, también deben de tener fijado un horizonte temporal de largo plazo.