"Los bancos centrales están atrapados en una trampa que ellos mismos han creado"

"Los bancos centrales están atrapados en una trampa que ellos mismos han creado"

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En las últimas décadas, seguir las acciones de los bancos centrales se había convertido en una estrategia de inversión sumamente rentable. Las decisiones de política monetaria eran relativamente predecibles, lo que permitía a los inversores anticiparse y ajustar sus estrategias. Sin embargo, la nueva realidad económica ha introducido un nivel de incertidumbre en estas decisiones.

"Creo que esta estrategia puede haber llegado a su fin, ahora que la política monetaria se ha vuelto más impredecible", comenta John Butler, experto macroeconómico en Wellington Management. "Los bancos centrales, enfrentados a una inflación estructuralmente más alta y a un creciente escrutinio político, podrían mostrarse cada vez más dispuestos a flexibilizar sus objetivos de inflación para apoyar el crecimiento, el empleo e incluso las consideraciones fiscales", apunta.

Es por ello que los inversores "tendrán que adaptarse a un mayor nivel de incertidumbre y a mayores cambios en los ciclos, cuyo alcance aún está por definir, y es probable que esta situación afecte especialmente a Europa".

La politización de la política monetaria

Según el experto, otro de los principales problemas radica en que los bancos centrales han asumido un rol que, en muchas ocasiones, se ha solapado con decisiones de carácter fiscal. Esto, argumenta Butler, ha tenido importantes consecuencias.

La compra de deuda pública y, en algunos casos destacados, la adopción de tipos de interés negativos son decisiones de índole fiscal, más que monetaria”, explica, subrayando que estas medidas, que debían paliar la deflación, terminaron disparando los precios de los activos y agravando la brecha de riqueza.

Para Butler, la política monetaria ha dejado de ser un terreno exclusivamente técnico para convertirse en un campo minado de decisiones políticas. Y esto ha llevado a que "los bancos centrales estén, de hecho, atrapados en una trampa que ellos mismos han creado".

Estas acciones han generado críticas por parte de diferentes sectores sociales, que ven en las medidas un castigo para el ciudadano común y un beneficio para los más privilegiados. "Los bancos centrales, tras haber facilitado la respuesta a la crisis del Covid, tardaron en reconocer el aumento asociado del coste de la vida y su impacto desproporcionado en los hogares con rentas más bajas", señala Butler.

El problema se ha visto exacerbado por la creciente presión política sobre los bancos centrales. Para Butler, "los gobiernos querrán estar más involucrados en la política de los bancos centrales", un fenómeno que considera como parte de una “politización tácita” de la política monetaria.

Este proceso ya ha sido evidente en economías como Japón, donde la independencia del banco central ha sido cuestionada, y ahora amenaza con expandirse a otros países.

El reto europeo

El análisis de Butler se centra en las dificultades particulares que enfrenta el Banco Central Europeo (BCE). La complejidad de su situación se debe, en gran parte, a que supervisa las políticas monetarias de 20 países democráticamente elegidos, lo que crea tensiones adicionales.

“El BCE se enfrenta al escenario político más complicado de todos”, asegura el experto, señalando que las recientes elecciones parlamentarias en Francia son solo un indicio más del creciente desafío político al que se enfrentan los responsables de la política monetaria en Europa.

El programa de compra de activos del BCE, diseñado para mantener la estabilidad financiera en la región, ha tenido efectos secundarios indeseados. Según Butler, el ahorro europeo abandonó la región para financiar inversiones en otros países, principalmente en Estados Unidos, lo que ha generado un vacío de capital en Europa.

Pero los problemas no acaban ahí. Con las economías europeas enfrentándose a nuevas prioridades de gasto, desde la defensa hasta los servicios públicos, el BCE podría verse presionado para mantener bajos los rendimientos de los bonos, una decisión que no es ajena a la política. “El BCE se enfrentaría a una situación insostenible”, afirma Butler. "¿Permite que los rendimientos de los bonos suban cada vez más, o interviene, después de un poco de sufrimiento, para reducir los rendimientos de Francia y otros países miembros afectados?" se pregunta.

Más incertidumbre para los inversores

Para los inversores, la dependencia que los mercados han desarrollado de las decisiones de los bancos centrales podría volverse contraproducente, señala el experto de Wellington Management. También señala que los objetivos de inflación en la mayoría de los países ya no deben tomarse como un objetivo firme, sino como un límite inferior dentro de un rango.

Este ajuste estructural en la política monetaria podría prolongarse durante varios años, lo que obligará a los inversores a revaluar sus expectativas de inflación a largo plazo. Para Butler, las previsiones del mercado, que apuntan a una inflación del 2% en la mayoría de los países, son demasiado optimistas. “Con el tiempo, el mercado tendrá que ajustar al alza sus expectativas”, advierte, lo que podría llevar a una mayor volatilidad y a oscilaciones más pronunciadas en los ciclos económicos.


Este contenido se ha elaborado parcialmente con inteligencia artificial, bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.


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