Claves para declarar la vivienda en la renta
Los impuestos que pagamos por nuestros inmuebles tributan de forma distinta en el IRPF según su uso: vivienda habitual, segunda residencia, alquiler o venta, pero siempre, aunque estén exentos, hay que incluirlos en la declaración de la renta.
La vivienda habitual no tributa, pero si la compramos antes de 2013, y tenemos una hipoteca sobre la misma, el contribuyente puede aplicarse una deducción del 15%, hasta 9.040 euros. También existen deducciones por obras, especialmente si mejoran la eficiencia energética o adaptan la vivienda por discapacidad. En cuanto la segunda vivienda o vivienda vacacional sí tendremos que pagar impuestos, tributan por la imputación de rentas en la base general.
Y, si alquilamos un inmueble, el ingreso que recibimos se consideran rendimientos del capital inmobiliario y tributan en la base general. Desde 2024, los inquilinos pueden aplicarse reducciones del 50% al 90%, según el tipo de contrato y el perfil del inquilino. Las plazas de garaje y trasteros solo están exentas si se alquilan junto con la vivienda; si no, tributan y llevan IVA. En caso de venta, la ganancia tributa entre el 19% y el 28%, con posibilidad de exención si se reinvierte en otra vivienda habitual o si el vendedor tiene más de 65 años.
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