¿Cómo estamos de educación financiera?

Los españoles suspendemos en educación financiera. ¿Por qué? ¿Qué es lo que falla?

Fernando Bernad (Subdirector de Inversiones de azValor) nos lo cuenta en el siguiente vídeo:

¡Pues me temo que sí! La verdad es que en este aspecto hay bastante desconocimiento, y yo diría que también hay instalados en el ideario popular algunos errores, e incluso algunas falacias. Podemos repasar algunos conceptos, empezando por el más básico: el concepto del dinero. La gente yo creo que no es consciente muchas veces de que lo que consideramos dinero –el apunte en cuenta corriente que todos tenemos– ese es el pasivo de un banco y hay que tenerlo muy presente. Aunque es verdad que las circunstancias por las que eso que realmente tiene aspecto de dinero a todas luces puede dejar de serlo en un momento dado son remotas, no son imposibles. Lo que es improbable es posible, y no es lo mismo improbable que imposible. Hemos tenido ejemplos recientes. Incluso casos occidentales como son los casos de Islandia, los casos de Chipre, y algunos otros –a lo largo de la historia ha habido muchos– que dejan bien patente que hay que tener eso muy presente; que realmente el dinero en cuenta corriente no es dinero.

La inflación también es un fenómeno que tiene un efecto importantísimo, por ejemplo, en algunos de los productos de ahorro más populares y considerados como muy seguros, que es la renta fija. Se puede comprobar como a lo largo de la historia, verdaderamente, la renta fija es un producto de ahorro que apenas ha conseguido mantener el poder adquisitivo. Sin embargo, la renta variable –que todavía muchos consideran una especie de casino, un disparate con subidas y bajadas violentas– a largo plazo es lo que verdaderamente ha permitido capitalizar riqueza.

Y “capitalizar”, por ejemplo, también es un tema que yo creo que no está bien comprendido. La capitalización compuesta y el efecto tremendo que eso conlleva. La gente no es consciente de lo conveniente que es, a la luz de esto, ahorrar desde una edad temprana. Al contrario de lo que hoy en día rige, que es una cultura por el consumo y por el endeudamiento rápido. Si comprendiéramos mejor el efecto tan positivo y tan tremendo que proporciona el largo plazo con la capitalización compuesta, creo que tendríamos más presente que cuanto antes empecemos a ahorrar –en la medida de lo posible cada uno– mejor.