En febrero de 2011 el bitcoin cotizaba a 1,10 lo que significa una revalorización del 2100% desde sus orígenes y la palabra burbuja empezó a hacer presencia en los medios..
En los dos meses posteriores el bitcoin cayó alrededor del 50% pensando muchos que la fiesta se acababa pero no solo no fué así, sino que además de recuperarlo todo avanzó un 2800% adicional frente a sus máximos anteriores.
Algunos pensaban que era una burbuja nunca vista y desde ahí se produjo una caída del 94%, pensando muchos que el bitcoin era historia. No solo no fué así sino que además de recuperarlo todo, subió un 734% adicional frente a sus máximos anteriores hasta 266 en abril del 2013.
Algunos pensaban que esto no podía seguir así y desde ese punto sufrió otra importante caída del 76% hasta 63 pero no solo recuperó todo lo perdido sino que ascendió otro 338% adicional sobre sus máximos previos hasta 1166 en noviembre del 2013.
Desde ese punto nos volvemos a encontrar otro desplome del 85% hasta 170 en enero del 2015 y algunos pensaban que ya no volvería nunca a máximos pero... no solo lo recuperó todo sino que ascendió otro 419% adicional sobre sus máximos anteriores hasta superar los 6000.
La palabra burbuja ha perseguido al bitcoin desde su creación y a día de hoy la escuchamos a diario. Las principales caídas del bitcoin desde que salió se pueden ver en la siguiente tabla.
En definitiva, aunque en los últimos tiempos hemos escuchado hablar de múltiples burbujas mas allá del bitcoin (burbuja de bonos, burbuja de deuda, burbuja inmobiliaria china o britanica, etc...) este es uno de esos ejemplos que sirve para poner de manifiesto lo difícil que es prever el final de la burbuja y lo caro que puede salir como inversor aspirar a ejercer de gurú visionario de la gran caída de los mercados.
