Si estás pensando en comprarte una casa y vas a solicitar una hipoteca, probablemente hayas oído el concepto de bonificaciones o productos vinculados. ¿Pero sabes qué es una hipoteca bonificada? ¿Tienes claro en qué casos te conviene y en cuáles no resulta rentable?
En este artículo, te contamos qué es la bonificación en una hipoteca, cómo funciona y qué diferencias hay entre las hipotecas bonificadas y sin bonificar. También mencionaremos los productos que se vinculan a las hipotecas más habitualmente y te explicaremos cómo saber si una hipoteca bonificada te conviene o no.
¿Qué son las bonificaciones en una hipoteca?
Para saber qué significa hipoteca bonificada, lo primero que hay que hacer es entender qué es una bonificación. Cuando hablamos de hipotecas, este concepto hace referencia al descuento en el tipo de interés aplicable que el banco ofrece a cambio de contratar ciertos productos adicionales.
Así, si el cliente domicilia su nómina, contrata alguno de los seguros o utiliza tarjetas vinculadas, por ejemplo, puede acceder a un tipo de interés más bajo, cuyo porcentaje puede variar en función de la entidad financiera.
Para el banco, el objetivo de ofrecer una hipoteca con bonificaciones es fidelizar clientes y aumentar su vinculación con la entidad, aunque hay que valorar si los productos exigidos realmente interesan o compensan el descuento.
¿Y qué es una hipoteca bonificada?
En base a lo anterior, podemos decir que las hipotecas bonificadas son aquellas que cuentan con un interés reducido a cambio de la contratación de productos o servicios adicionales con el banco. De esta forma, la mensualidad es más barata que con la misma hipoteca sin bonificar.
Además, estos préstamos pueden ser fijos, variables o mixtos, como ocurre con cualquier hipoteca. Así, una hipoteca fija bonificada aplicará un interés fijo reducido durante toda la vida del préstamo siempre que se cumplan las condiciones de vinculación, mientras que una hipoteca variable bonificada tendrá un interés variable –generalmente referenciado al euríbor–, pero el descuento se mantendrá constante sobre el diferencial pactado.
Diferencia entre hipoteca bonificada y sin bonificar
Como podrás imaginar, la principal diferencia entre una hipoteca con o sin bonificaciones es, precisamente, que la primera ofrece la posibilidad de disfrutar de un tipo de interés más bajo a cambio de ciertas vinculaciones.
En cambio, una hipoteca sin bonificaciones mantendrá el interés fijo o variable acordado sin exigir la contratación de ningún producto adicional, pero tampoco aplicará ningún descuento.
En este sentido, aunque las hipotecas bonificadas pueden parecer más atractivas, implican compromisos económicos que no siempre resultan convenientes, por lo que antes de tomar una decisión hay que ver si realmente compensa la reducción del interés. Lo explicaremos con detalle más adelante.
¿Cómo funcionan las vinculaciones de la hipoteca?
Las bonificaciones de las hipotecas se aplican en forma de descuentos sobre el tipo de interés base del préstamo, en función del número y la clase de servicios vinculados que se contraten con el banco.
Así, la entidad establece un tipo de interés máximo y a partir de ahí resta porcentajes fijos por cada producto. Por ejemplo, un 0,30% por domiciliar la nómina, un 0,20% por contratar un seguro de vida, un 0,10% por el seguro de hogar, etc.
Cada banco define el porcentaje máximo bonificable, que suele estar entre el 0,30% y el 1%. Cuando se deja de cumplir alguna condición, la bonificación asociada se elimina y el interés aumenta automáticamente.
Sin embargo, es obligatorio que en la documentación del préstamo quede reflejado el tipo de interés sin aplicar ninguna bonificación, así como el porcentaje descontado por cada uno de los productos vinculados. De esta forma, podrás calcular si la bonificación de la hipoteca te interesa o no.
¿Cuáles son los productos vinculados a la hipoteca más frecuentes?
A continuación, te contamos cuáles son las bonificaciones que suelen asociarse a las hipotecas de manera más habitual:
- Domiciliación de la nómina: implica ingresar de forma regular el salario o la pensión en una cuenta del banco.
- Seguro de hogar: cubre posibles daños en la vivienda y debe contratarse a través de la entidad financiera para que bonifique.
- Seguro de vida: garantiza el pago de la hipoteca en caso de fallecimiento o incapacidad del titular.
- Seguro de protección de pagos: asegura el abono de un determinado número de mensualidades en situaciones de desempleo, baja laboral o pérdida de ingresos por otros motivos.
- Tarjeta de crédito o de débito: requiere un uso mínimo mensual o anual, según lo estipulado por el banco.
- Plan de pensiones: exige una aportación periódica para fomentar el ahorro a largo plazo.
- Fondo de inversión: supone mantener una cierta cantidad de dinero invertido durante un tiempo determinado acordado de antemano.
Hipoteca bonificada o sin bonificar: ¿qué es mejor?
Llegados a este punto, es posible que te preguntes: ¿qué es mejor, una hipoteca bonificada o sin bonificar? La respuesta dependerá del caso concreto, dado que hay que calcular qué opción sale más rentable a largo plazo.
En principio, cada bonificación de la hipoteca supone una reducción del tipo de interés y eso abarata la mensualidad, pero hay que tener en cuenta el coste que suponen los productos vinculados. Así, si contratas, por ejemplo, un seguro de vida más caro que la media para obtener la bonificación, es posible que el ahorro en intereses no compense el sobrecoste de la póliza. Deberás hacer el cálculo para ver cuál de las opciones te sale más rentable.
Veamos un ejemplo práctico: imagina que el banco te ofrece una hipoteca con bonificación de 150.000€ con un interés del 2,10% si contratas su seguro de hogar por 450€ al año, frente a una hipoteca sin bonificaciones con un interés del 2,30%. Aunque a primera vista la cuota de la hipoteca bonificada es más baja, si comparas ambas opciones verás que en 25 años el ahorro en intereses rondaría los 4.000€, mientras que el seguro contratado con el banco te costaría 11.250€ en total. Si en el mercado puedes encontrar un seguro equivalente que, a lo largo de 25 años, te permita ahorrar más de 4.000€, no te saldría rentable bonificar; en caso contrario, sí.
Por lo tanto, es posible que el coste total de la hipoteca bonificada y los productos vinculados sea mayor que el de la hipoteca sin bonificar, de tal forma que acabes pagando más.
Por eso, para saber si te conviene una hipoteca con o sin vinculaciones deberás analizar tu caso concreto y hacer números para tomar la mejor decisión.
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