El índice de la miseria: ¿Qué es y por qué está subiendo tanto?
Los mercados financieros tienen sus rarezas. Pero lejos de lo que pueda parecer, también se preocupan por el pan nuestro de cada día de las familias. O al menos estudian esa realidad con índices de los que tal vez hayas oído hablar. Uno de ellos es el índice Big Mac (compara el poder adquisitivo de distintos países donde se vende la hamburguesa Big Mac de McDonald's).
Otro de ellos que hoy nos ocupa es el índice de la miseria. Se trata de un indicador económico que ayuda a determinar cómo se encuentra el ciudadano medio desde el punto de vista económico. Actualmente, en el ecuador de 2022, se encuentra un 20% por encima de las lecturas de casi 50 años. Esto pone de manifiesto que el miedo a una recesión está aumentando mientras sube la inflación y caen los ingresos reales.
¿Qué es el índice de la miseria?
El índice de miseria es un indicador que refleja el nivel de malestar que se sufre en una economía. Para ellos, se toman en consideración dos factores principales: la posibilidad de acceso al mercado laboral y el coste de vida.
Por tanto, desempleo e inflación son los actores principales del índice. Y claro, con una economía cada vez más próxima a entrar en estanflación (bajas tasas de crecimiento con niveles altos de precios) la lectura de este índice se ha disparado por encima de los niveles habituales.
El artífice del primer índice de la miseria fue el economista Arthur Okun que, con un cálculo simple, reflejaba la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos. Su creación ganó popularidad en los años setenta en Estados Unidos. ¿Casualidad? No, porque aquella década fue testigo del episodio de estanflación más evidente que se recuerda: la crisis del peetróleo de 1973.
¿Qué mide el índice de la miseria?
Ahora que tenemos claro qué factores entran en la ecuación, vamos a despejar la X. Este índice se interpreta en resumidas cuentas de la siguiente forma: cuanto más difícil sea conseguir un empleo y más suba el precio de los bienes y servicios, mayor será el malestar de la población.
Cuanto más alto sea la ratio de un país frente a otro, "mayor será el deterioro o creación de miseria sobre los trabajadores en este país", señala Miguel Ángel Bernal, profesor de la escuela de negocios IEB, en una publicación.
Cálculo del índice de la miseria
El cálculo de este indicador es bastante sencillo y tiene dos partes:
- Sumar los dos factores que entran en juego. Un ejemplo de índice de la miseria: un país tiene una tasa de paro del 10% y una inflación del 3%. El resultado es que su índice de miseria es del 13%.
- Comparar el resultado del país A con el del país B para ver si está por encima o por debajo de la media.
Todavía no tenemos la panorámica completa del 2022, pero el último año completo arroja este ránking de índice de la miseria de países, que recogió elEconomista en un gráfico el pasado mes de marzo:
Estas cifras, por supuesto, serán mayores a cierre de 2022, sobre todo si el factor empleo se resiente por la desaceleración económica -y posible recesión- que los mercados ya están descontando.
Críticas y desventajas del índice de la miseria
Como todo en la vida, hay discrepancias y críticas. El índice de la miseria no se queda al margen. El mayor pero que le ven sus detractores es la tasa de empleo (esta se calcula solo según la población que busca empleo activamente). Esto quiere decir que quedan fuera de la ecuación personas en edad de trabajar pero que no quieren entrar al mercado laboral por el motivo que sea.
Otras críticas se centran en la otra pata, la inflación. Sí, la subida de precios lamina el poder adquisitivo de las familias, pero no es mala en esencia, argumentan algunos entendidos. Es decir, la inflación es lógica cuando existe un aumento de la demanda en un entorno de crecimiento económico. Y añaden los críticos: la otra cara del espejo, la deflación, puede producir una merma en los ingresos empresariales y generar desempleo.
Por último, una tercera gran crítica al índice del miedo es el manejo de las expectativas. El índice que diseñó Okun aporta una foto fija del presente: considera el paso e inflación actuales. Las voces contrarias piensan que para que fuese más certero y por tanto un mejor medidor de la miseria económica/financiera debería introducir las previsiones de periodos futuros.
Con el paso del tiempo, el índice se ha depurado por parte de los economistas (Roberto Barro, Steve Hanke...). De esta forma, ahora es un medidor más fiable. Y también interesante para las finanzas personales, sobre todo en el contexto peliagudo en el que nos encontramos.
