El próximo "boom" de productividad vendrá de la IA

El próximo "boom" de productividad vendrá de la IA

Si hay una consecuencia común a todos los procesos de revolución industrial es el incremento de la productividad. Desde el invento de la rueda hasta el del ordenador personal, pasando por el de la máquina de vapor. En todos los casos se produjo una disminución drástica de los costes de producción y un aumento espectacular de la eficiencia económica.

En el caso de la inteligencia artificial (IA), que es la versión 4.0 de la revolución digital, no será diferente. De hecho, probablemente sea una de las revoluciones industriales que aporte más eficiencia y productividad a la economía.

Como soy economista, y más concretamente asesor financiero, no voy a extralimitarme con cuestiones éticas o morales. Además, lo tengo muy claro y lo puedo resumir brevemente: la inteligencia artificial será como la energía nuclear: muy útil si se utiliza de forma positiva y controlada, el fin de la humanidad en caso contrario.

Volviendo a mi "negociado": la versión 1.0 de la revolución digital fue el descubrimiento de que se podía multiplicar exponencialmente la capacidad de computación de los microprocesadores, que fue lo que permitió el desarrollo de los ordenadores personales. No hace falta insistir en el cambio económico y productivo que supuso. La versión 2.0 fue Internet y sobran los comentarios. La versión 3.0 fue el iPhone y, con él, la llegada del Smartphone. Ya sabemos lo que ha supuesto a nivel de eficiencia y productividad.

Como asesor financiero me gustaría resaltar cuál ha sido la rentabilidad bursátil de todo este proceso. Desde el 1 de enero de 1990 - que es cuando está a plena marcha la fase 1.0 de la revolución digital - hasta ahora, el NASDAQ, índice bursátil del sector tecnológico por excelencia, se ha revalorizado un 2.400 %. Y un 280 % en los últimos 10 años (incluida la corrección que ha tenido en 2022). Así que no hablamos solo de transformación económica: cada fase de la revolución digital ha generado una increíble oportunidad de inversión.

Además, el impacto bursátil de la llegada de la inteligencia artificial a la economía irá mucho más allá del sector tecnológico. Si cuando se descubrió la rueda hubieran cotizado las acciones de las empresas del inventor y del fabricante, habrían sido las primeras en subir. Por eso ahora lo primero que suben son las acciones de quienes tienen las patentes, los algoritmos, los materiales para el desarrollo de la IA o las de aquellos que los mercados consideran sacarán primero partido de la idea. También se ven beneficiados los grandes, porque para desarrollar herramientas potentes de inteligencia artificial hay que invertir mucho dinero.

Pero luego vendrán los beneficiarios en otros sectores. Por ejemplo, ahora mismo no se me ocurriría subirme en un vehículo autónomo, pero cuando tenga un algoritmo de inteligencia artificial como los que vemos ahora desarrollándose, seguramente si lo haré. No para meterme en el centro de Madrid, pero si para circular por carretera, o

por ciudades bien organizadas de EE.UU., Alemania o Suiza. De hecho, ya se habla de la "uberización" de los coches, mediante la cual cuando vuelves a casa no lo dejarás en el garaje, sino que le sacaras partido como taxi autónomo. Tu coche trabajando para ti.

También soy consciente del efecto que tendrá en el sector financiero. Solo tengo que mirar a la empresa que tengo el placer y el honor de dirigir. En Nextep tenemos un lema: que las personas hagan solamente aquello que hacen mejor que las máquinas (incluido por supuesto el trato con otras personas). Nos reflejamos en lo que en EE.UU. definen como "Human Enhancement" o humanos que potencian sus capacidades con ayuda de las máquinas. No me cuesta imaginar dónde podemos llegar en eficiencia y reducción de costes sin perder calidad en el servicio gracias a una tecnología tan sofisticada como la IA.

Estos son sólo dos pequeños ejemplos de lo que puede suponer la IA en todo tipo de empresas. Y será un proceso duro de reestructuración, porque lo de adaptarse o morir será literal. Una buena opción por cierto para los gestores Long Short, que combinan estrategias de compra de un valor / sector con ventas a corto de otro.

A nivel bursátil el timing será fundamental. Habrá quien sepa detectar no solo los beneficiarios de la implantación de la IA, sino, muy importante, el calendario por sectores. Es posible que dentro de unos años la IA sea un tema muy caliente en sectores que ahora parece que no les afecta. Y se abrirán nuevas oportunidades, porque esto solo acaba de empezar.

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