La segunda generación en la empresa familiar: claves para asegurar su continuidad
El relevo generacional en la empresa familiar no es solo una cuestión de traspaso de poder: exige cambiar la forma en la que se toman decisiones y se estructura el proyecto común, especialmente cuando el fundador se retira y deja paso a la segunda generación.
Cuando ya no hay un único líder y entran en juego varios hermanos, con trayectorias y grados de implicación distintos, la clave está en poner orden y profesionalizar las relaciones. En este sentido, Belén Alarcón, socia de Asesoramiento patrimonial en Abante recuerda que esto es clave para que el relevo generacional sea exitoso, que todos los miembros de la familia estén satisfechos y que la empresa siga creciendo.
Ese proceso implica construir estructuras que separen claramente la familia, la empresa y la propiedad. Crear órganos de gobierno, establecer objetivos y definir cómo se distribuyen los beneficios permite reducir tensiones y mantener la unión. No se trata de suprimir el vínculo emocional, sino de crear reglas claras que lo complementen.
En esta etapa, la visión compartida y la independencia económica ganan protagonismo en la empresa familiar. Cada miembro debe poder tomar decisiones con libertad, y la familia necesita un proyecto que dé sentido a seguir siendo socios. La experiencia demuestra que cuando hay planificación, comunicación y un marco profesionalizado, las probabilidades de éxito aumentan notablemente.