¿Podrá el oro mantener su rally?
El precio del oro se ha disparado desde la caída del 10% que sufrió a comienzos de marzo.1 Pese a ser un activo refugio tradicional en épocas de tensión económica, este no es el único motivo de su repunte, sostiene Catherine Doyle, especialista de inversión en el equipo Real Return de Newton.
Antes de profundizar en por qué el oro continúa subiendo, debe reconocerse que su evolución desde marzo encaja con los datos históricos. Su trayectoria ascendente desde su retroceso de comienzos de año es similar al repunte registrado por el activo en plena crisis de las hipotecas subprime, afirma Doyle: “Tras verse atrapado inicialmente en el retroceso generalizado, el oro se ha comportado como en 2008 y ha protagonizado un fuerte repunte hasta un nuevo máximo histórico a largo plazo de 1976 dólares por onza troy a fin de julio. Aunque su fuerte apreciación tuvo lugar quizá más pronto de lo que esperábamos, no resulta del todo sorprendente a la luz de los motores a largo plazo del metal precioso, y creemos que todavía le queda recorrido alcista.”
Si bien es cierto que las bajas rentabilidades al vencimiento (TIR) reales de la mayoría de los activos de renta fija han impulsado al oro hasta nuevas cotas, Doyle considera que el estímulo monetario y fiscal de las autoridades globales es un motor clave de la continuación del rally.
En parte, esto se debe a que cuando los bancos centrales (como la Reserva Federal estadounidense) compran valores a largo plazo, en última instancia reducen su oferta total y elevan el valor de dichos bonos, con lo que sus TIR disminuyen. Estas inyecciones continuadas de liquidez en los mercados, unidas a lo que Doyle califica de “planes de gasto público ambiciosos y la Teoría Monetaria Moderna en acción mediante el helicóptero monetario”, justifican más si cabe la subida del precio del oro.
Doyle también piensa que un eventual repunte de la inflación podría ayudar a este activo a conquistar nuevas cotas. La experta considera probable que los tipos de interés permanezcan en los mínimos actuales como mínimo hasta 2022, y posiblemente más tiempo, debido a los costes del servicio de la deuda.
“Antes, la inflación fue la gran ausente en la economía real, pese a la inyección de billones de dólares en el sistema a través de la expansión cuantitativa (QE). Esta vez, sin embargo, las autoridades van a poner toda la carne en el asador en términos de gasto, a fin de restaurar el funcionamiento de los mercados de capitales y limitar el daño a la economía. Aunque no cabe duda de que los efectos de la crisis son deflacionarios, parece casi inevitable que la inflación acabe volviendo como forma de reducir la carga de deuda sin precedentes de gobiernos de todo el mundo”, afirma.
Pese a los abundantes vientos favorables, Doyle considera que el activo podría estar un poco sobrecomprado a corto plazo a juzgar por las señales técnicas, y aunque esto no disminuye su atractivo, justifica cierta cautela. De producirse otra fase de ventas similar a la de marzo (que a Doyle le parece poco probable), el equipo Real Return tiene coberturas de suceso extremo en forma de opciones de venta (puts) fuera de dinero que deberían amortiguar la cartera.
No obstante, Doyle cree que el oro todavía juega un papel importante en las carteras: “Sirve de cobertura efectiva para un amplio abanico de desenlaces, incluyendo escenarios inflacionarios, envilecimiento de la divisa y sucesos extremos. Y además, todavía puede quedarle recorrido alcista”, concluye.