Cómo planificar la jubilación cuando eres autónomo
Ser autónomo significa llevar tu propio timón. Decides cuándo, cómo y con quién trabajas, pero también asumes todos los riesgos. Entre ellos, uno del que casi nadie habla lo suficiente: cómo planificar la jubilación.
Porque, seamos sinceros, cuando tienes que encargarte de facturas, impuestos y clientes, pensar en el futuro puede parecer secundario. Sin embargo, cuanto antes empieces a preparar esa etapa, más tranquilo vivirás cuando llegue el momento de dejar de trabajar.
Por qué los autónomos deben pensar en su jubilación cuanto antes
El sistema público de pensiones no siempre juega a favor del trabajador por cuenta propia. Tu pensión dependerá, en gran parte, de la base de cotización que elijas a lo largo de tu vida laboral.
Y la mayoría de los autónomos cotiza por la base mínima. Es comprensible: supone pagar menos cada mes, pero también implica recibir menos el día de mañana. La realidad es que la pensión pública, por sí sola, rara vez garantiza una jubilación cómoda.
Los gastos siguen ahí, la vida continúa, y todos queremos poder disfrutar de esa etapa sin preocupaciones. Por eso, no basta con confiar en la pensión; hay que construir un plan de ahorro e inversión que complemente esa prestación.
Cómo empezar a planificar tu jubilación
Lo primero es poner orden. No necesitas grandes cálculos, pero sí una idea clara de tus objetivos. Piensa cuánto dinero necesitarás cada mes para mantener tu nivel de vida cuando dejes de trabajar.
A partir de ahí, podrás estimar cuánto deberías ahorrar o invertir para tu jubilación. No se trata de ahorrar grandes cantidades de golpe. Se trata de crear un hábito constante. Incluso pequeñas aportaciones pueden marcar una gran diferencia con el tiempo.
Ahorro para la jubilación: constancia y automatización
Una de las mayores ventajas de ser autónomo es la libertad. Pero esa misma libertad hace que tus ingresos puedan variar de un mes a otro. Por eso, el secreto está en automatizar el ahorro.
Te propongo algo muy simple: fija una cantidad mensual, aunque sean 50€ o 100€, y programa una transferencia automática justo después de cobrar. De esta forma, conviertes el ahorro en un gasto más, uno que trabaja para ti.

Invertir para que tu dinero crezca
Ahorrar es el primer paso. Pero si ese dinero se queda quieto, pierde valor con el tiempo. Por eso, una parte importante de la planificación pasa por invertir los ahorros para que crezcan a largo plazo.
No hace falta ser experto. Hoy existen herramientas que te permiten invertir de forma automatizada, adaptadas a tu perfil y con un nivel de riesgo que tú mismo eliges. La clave está en buscar productos que sean líquidos, es decir, que permitan recuperar tu dinero cuando lo necesites y que también aprovechen el diferimiento fiscal.
En otras palabras, que no tengas que pagar impuestos cada año, lo que ayuda a aprovechar mejor el interés compuesto. Esto es algo que puedes hacer con fondos de inversión o con PIAS, ya que se pueden traspasar entre ellos sin pagar impuestos.
Para que te hagas una idea: si a los 40 años empiezas a invertir 200 € al mes con una rentabilidad media del 4% anual, a los 67 podrías acumular alrededor de 120.000€. Y si puedes aportar 300 €, el capital superaría los 180.000 €. Esa diferencia puede ser lo que te permita disfrutar de tu jubilación sin tener que preocuparte cada mes.
Si, por lo contrario, tus ingresos son muy fluctuantes y un mes solo puedes apartar 120 €, no pasa nada. Lo importante es no romper el hábito. Cuando el negocio vaya mejor, podrás subir la cantidad, pero mantener la constancia es lo que realmente marca la diferencia a largo plazo.
Con esa cantidad y la misma rentabilidad media del 4%, podrías acumular unos 72.000 € al llegar a la jubilación.
Incluso aportaciones más pequeñas, sostenidas en el tiempo, te van mostrando cómo hacer crecer tu dinero.
Ahora me gustaría comentarte qué productos de ahorro puedes considerar para planificar tu jubilación como autónomo. Sí, existen distintas formas de complementar tu jubilación si trabajas por cuenta propia. Lo importante es entender qué ofrece cada una y cómo puede encajar contigo.
Planes de pensiones individuales
Son productos de ahorro a largo plazo pensados para la jubilación. Permiten aportar hasta 1.500 € al año, con la ventaja de que esas aportaciones reducen tu base imponible en el IRPF, es decir, puedes pagar menos impuestos ese ejercicio.
El punto débil es la liquidez: el dinero no puede retirarse libremente hasta la jubilación (o en situaciones concretas). Por eso conviene combinarlos con otros productos más flexibles.
PPES: Planes de empleo simplificados para autónomos
Son la versión adaptada de los planes de empresa, creados específicamente para los trabajadores por cuenta propia. Permiten aportar hasta 4.250€ adicionales y ofrecen ventajas fiscales interesantes.
Pueden contratarse a través de asociaciones profesionales, colegios profesionales o mutualidades, que actúan como promotores del plan junto a entidades gestoras y aseguradoras.
Son una alternativa atractiva si te interesa mejorar el ahorro fiscal de forma estable.
PIAS: Planes Individuales de Ahorro Sistemático
Son productos de ahorro a largo plazo que combinan una rentabilidad moderada con ventajas fiscales. Si mantienes el plan al menos cinco años y lo transformas en renta vitalicia, los beneficios pueden quedar exentos de impuestos. Además, son flexibles: puedes parar o reanudar las aportaciones cuando quieras.
En la práctica, el dinero que aportas a un PIAS suele invertirse en fondos de inversión seleccionados por la aseguradora o la entidad gestora. Así, aprovechas el crecimiento de los mercados sin tener que gestionarlo tú mismo.
En Inversimply, por ejemplo, trabajamos con fondos de inversión integrados en PIAS y Unit Linked, que permiten mantener una estrategia diversificada, automatizada y adaptada a tu perfil.
Cada opción tiene sus pros y contras, y lo ideal suele ser combinar varias estrategias: un fondo de inversión para mantener liquidez, un PIAS para el ahorro constante y un plan de pensiones o PPES como complemento fiscal.
Cómo adaptar tu estrategia de ahorro e inversión con el tiempo
A medida que te acerques a la jubilación, tu enfoque debería volverse más conservador. En los primeros años puedes asumir algo más de riesgo, buscando crecimiento. Pero con el tiempo, lo importante será proteger el capital acumulado.
Revisar tu plan cada cierto tiempo y ajustar las aportaciones o la estrategia es una parte natural del proceso. Tus ingresos cambian, tus objetivos también, y tu planificación debe acompañarte en esa evolución.
Planificar la jubilación no es algo que se hace una vez y se olvida. Es un camino que se va adaptando a ti, a tu negocio y a tus circunstancias. Planificar tu jubilación siendo autónomo no es un lujo, es una forma de cuidar tu futuro.
No dependas solo de lo que cobre tu “yo” del mañana: tu tranquilidad empieza con las decisiones que tomas hoy. Cada euro que apartas, cada inversión que haces, es una manera de ganar libertad para disfrutar de esa etapa con calma.