Flash de Mercados: Te contamos la última hora (14 de noviembre de 2022)
Durante este año, hemos visto cómo la volatilidad no ha abandonado el mercado, con movimientos muy agresivos hacia arriba y hacia abajo. Incluso situaciones que se hubieran catalogado como históricas en otro momento, actualmente las definimos como destacadas.
La sesión del pasado jueves fue un claro ejemplo, cuando se produjeron subidas de un +5,4 % en el índice S&P 500, índice de cabecera de la Renta Variable americana. Esto no se producía desde abril de 2020, en plena primera ola de la pandemia. En el caso de la Renta Fija, no se producía una caída así en el rendimiento del bono americano desde marzo de 2009 (punto de inflexión de la crisis financiera de 20081), cuando cayó más de 32 puntos básicos, como ocurrió en la sesión del jueves.
Estos datos son positivos, pero se deben tomar con cautela. No es la primera vez durante este año que asistimos a un rally en todas las clases de activo tratando de anticiparse a las bajadas de tipos de interés (o la frenada en las subidas) por parte de los bancos centrales. Durante el mes de julio ya vimos cómo todas las clases de activo registraron ganancias muy importantes para posteriormente, en los meses de agosto y septiembre, revertir todo el movimiento e incluso llegar a pérdidas, exactamente igual que en los meses de marzo y abril.
Sin embargo, la sesión de ayer sí está en parte justificada, ya que el dato de inflación en EE. UU. fue el primero realmente positivo desde hace meses. La inflación anual ha caído con fuerza respecto a septiembre, y con una intensidad mayor a la esperada, tanto el dato general como el subyacente. Los mercados han visto en esta reducción el comienzo del fin de esta inflación que no habíamos visto en las últimas décadas. Y es que las señales que algunos índices adelantados, como el Índice de Gerentes de Compras, o el fin de las disrupciones en las cadenas de suministros nos señalaban, finalmente se ven reflejadas en los indicadores más atrasados como el de nivel de precios. De continuar esta tendencia en los próximos meses, como estos mismos indicadores anticipan, veríamos al fin:
· El tan ansiado giro de los bancos centrales a un discurso más sosegado y una política neutral en cuanto a los tipos de interés, al ver unos niveles de precios más estables.
· Un mayor atractivo en los activos de riesgo que actualmente mantenemos infraponderados en nuestras estrategias.
Aunque la perspectiva sea positiva, es importante no dejarse llevar por la euforia. La lucha contra los altos niveles de precios es más una maratón que un simple sprint, y se necesita tiempo para que la inflación se sitúe en los objetivos de los bancos centrales. De hecho, el dato del jueves es aún demasiado alto, con una inflación anual del 7,7 %2, que, a la hora de desagregar el dato - si bien muestra cómo el precio de los bienes se desploma, deshaciendo el camino iniciado en la pandemia -, el de los servicios aún mantiene su crecimiento. Además, como nos confirmó el informe de empleo del pasado viernes 4 de noviembre, el mercado laboral americano se mantiene muy sólido, con falta de mano de obra y una subida de los salarios, lo que provoca que la inflación no baje tanto como se esperaba y además, que la FED tiene margen para subir tipos sin dañar significativamente el empleo.
En esta situación, es importante no tomar posiciones extremas: ni la rueda de prensa de Jerome Powell hace dos semanas fue tan negativa, ni este dato de inflación significa la salvación de la economía. Lo que estos dos eventos manifiestan es la enorme incertidumbre, y por tanto, volatilidad que estamos viendo este año en los mercados financieros.
Por ello, seguimos por el camino que ya preveíamos en verano, con una inflación más persistente de lo que podríamos haber pensado en marzo, pero que comienza a remitir y que previsiblemente continuará cayendo de manera significativa en los próximos meses, al menos hasta niveles que permitan a los bancos centrales ser más flexibles en su lucha contra estos altos niveles de precios y que lleven a una vuelta a la normalidad en los mercados financieros.
Nuestras estrategias también avanzan por ese sinuoso camino que es 2022, buscando el mejor posicionamiento para cada contexto, que en este momento pasa por:
· Tener una mayor exposición a clases de activo con valoraciones sólidas. Por ejemplo, la Deuda Pública o la Renta Fija Corporativa.
· Mantener un enfoque conservador respecto a los activos de riesgo, que, hasta que no veamos un giro en las políticas de los bancos centrales, seguirán sujetos a niveles de volatilidad poco razonables.
Seguiremos informándote de los principales cambios que se produzcan en los mercados y cómo influyen sobre las decisiones de nuestro Comité de Inversiones.
Gracias por tu confianza.
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1 Fuente: Refinitiv Eikon. Fecha máxima subida anterior S&P 500: 03/04/2020. Fecha máxima caída rendimiento del bono americano a 10 años: 17/03/2009.
2 Fuente: Refinitiv Eikon.
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