¿QUÉ IMPACTO TENDRÁ LA GUERRA ENTRE ISRAEL Y HAMÁS EN LA ECONOMÍA Y EN LA BOLSA?

¿QUÉ IMPACTO TENDRÁ LA GUERRA ENTRE ISRAEL Y HAMÁS EN LA ECONOMÍA Y EN LA BOLSA?

El inicio de una guerra es siempre sinónimo de tragedia. Y el número de tragedias es igual al de vidas humanas implicadas directamente en el conflicto. El último episodio armado entre Israel y, en este caso Hamás, es una tragedia creciente en tamaño cada día que se prolonga. Esta tragedia, además, coincide con otra que sigue aumentado su tamaño desde que hace más de año y medio Rusia invadía Ucrania.

Dos frentes abiertos con incidencia en la inflación. Si la guerra Rusia-Ucrania empezaba cuando los problemas por el lado de la oferta se manifestaban en los precios tras la recuperación de la crisis del COVID como consecuencia de los cuellos de botella en la cadena de suministro, este conflicto avivó la presión sobre la oferta de materias primas, principalmente petróleo y gas natural, y productos agrícolas, empujando aún más la inflación que se empezaba a manifestar en occidente.

PETRÓLEO, INFLACIÓN y TIPOS DE INTERÉS

Cada conflicto tiene una naturaleza diferente y los efectos en la economía son distintos. La localización del conflicto Hamás-israelí pone de manifiesto la sensibilidad del precio del petróleo a cualquier confrontamiento bélico en la zona de influencia de la región. Si en la semana anterior al 6 de octubre el brent había caído un 14%, desde entonces ha recuperado un 12%. Y esto sin duda dificulta el control de una inflación que constituye el principal caballo de batalla de los bancos centrales. En su discurso de la semana pasada, Jerome Powell afirmó que las tensiones geopolíticas son elevadas y plantean riesgos clave, en alusión a la inflación.

Jerome Powell se refiere a la repercusión del precio del petróleo sobre la inflación. En un momento de pausa en la subida de tipos de interés por parte de la FED y el BCE cuando la inflación empieza a moderarse, un incremento de los precios del petróleo representa un riesgo para la pausa actual y podría conducir a nuevos incrementos en las tasas del dinero. Todo ello cuando los bancos centrales evalúan el impacto de sus políticas monetarias en la economía, y cuando la recesión aún representa un riesgo a sortear a pesar de la fortaleza, principalmente, del mercado laboral en USA.

TIPOS DE INTERÉS, BENEFICIOS EMPRESARIALES Y BOLSA

Sin embargo, en los mercados financieros, y en concreto, en las bolsas, los efectos de una guerra no son tan preocupantes más allá del ruido de corto plazo que pueden generar. La tabla adjunta recoge el impacto de las guerras con mayor repercusión en occidente desde 1980, sobre el S&P 500 a distintos periodos desde su inicio. El impacto tras una semana, un mes, seis meses, un año y tres, podríamos calificarlo como difuso. Después de una semana y del primer mes de conflicto, éste no parece ejercer demasiada presión sobre las cotizaciones.

A plazos de uno y tres años, nos encontramos con la duda de si es el conflicto el que incide en aquellos casos muy negativos o ese comportamiento se debe a la coyuntura económica que propicia la tendencia bajista en las bolsas. Estos serían los casos de las guerras de Irán-Irak y de Afganistán tras el primer año desde que estallara, y la del Líbano después de tres años. En estos casos el periodo de incidencia coincide con crisis relevantes: segunda crisis del petróleo, explosión de la burbuja tecnológica y gran crisis financiera, respectivamente.

Ante todo, y por encima de todo, hay que recordar siempre que el motor que alimenta las bolsas son los beneficios empresariales. Y los crecimientos de las compañías recogidas en los índices bursátiles más representativos tienden a crecer a pesar de los distintos conflictos armados. Incluso a pesar de las dos guerras mundiales. Y es por esto que la tendencia de fondo de las bolsas ha sido creciente.

BENEFICIOS EMPRESARIALES, BOLSA Y BONOS

Acumulamos varios trimestres de caídas en beneficios. Estas caídas, junto a las subidas de las bolsas, aumentan el PER (cotización / beneficios), y si aumenta el PER disminuye la rentabilidad esperada de la bolsa. Justo cuando la rentabilidad del bono americano a 10 años se sitúa en los entornos del 5%. Esa rentabilidad del Treasury encarece de forma relativa la bolsa. ¿Por qué comprar bolsa a estos cambios si el bono me da un 5% anual? Está claro que los mercados deben buscar su equilibrio. Las coordenadas actuales han perdido el norte.

¿Debemos preocuparnos por nuestras posiciones en cartera? No más que habitualmente. Por tanto, a pesar del enfrentamiento entre Israel y Hamás, la estrategia de nuestras inversiones no debe verse influida por el momento geopolítico. Más bien por la coyuntura económica. Y esta, en gran medida, no es consecuencia de los conflictos armados abiertos.

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