Cuando un cliente viene a nuestra oficina y nos realiza una consulta sobre su cartera de inversiones, es bastante común que veamos un error que creemos que es muy importante tener en cuenta y que además es relativamente sencillo de localizar y subsanar.
Este error consiste en no definir correctamente los objetivos de la inversión, o lo que es lo mismo, no marcar el "timing" de nuestra cartera.
Como es lógico, cuando invertimos un capital, no es habitual que todo ese capital tenga el mismo horizonte temporal. Lo normal será, que dentro de la inversión, hayamos definido una serie de bloques de inversión en el que cada uno tenga un plazo de tiempo estipulado de antemano.
Imaginemos por ejemplo, un estudiante de 20 años que hereda 500.000€.
Esta persona, en un escenario normal, tendrá distintos planes para este dinero, que podrían ser por ejemplo, comprarse un coche de 20.000€ en unos meses, una casa de 250.000€ en un plazo de cinco años, y el resto del dinero dejarlo para su jubilación. Este es un ejemplo muy habitual de inversor. Lo que no sería tan común, sería que esta persona que hereda ese dinero, destinara todo a la jubilación por ejemplo.
Aunque no parezca tan importante, el hecho de definir los bloques de inversión es fundamental a la hora de determinar el riesgo que tendrá cada uno de ellos y por tanto la volatilidad y perspectivas de rentabilidad que puede tener la inversión en cada uno de sus periodos.
En este caso, estamos ante tres bloques de inversión muy definidos, uno de muy corto plazo, otro de medio plazo y el último de largo plazo.
Lógicamente, en cada uno de estos bloques de inversión, se podrá o deberá asumir un determinado nivel de riesgo que se calculará en función de los objetivos y necesidades del inversor.
En el bloque de dinero que se necesita más a corto plazo, no tiene sentido por ejemplo invertir en productos que tengan una volatilidad elevada, como por ejemplo fondos de renta variable. En este caso, al necesitarse el dinero en un periodo de tiempo muy corto, lo lógico sería invertir en productos muy seguros, que aunque no generen apenas rentabilidad, si que protegan el capital, ya que hemos de tener muy claro que ese dinero se va a retirar en unos meses. No se pueden asumir riesgos en esta inversión.
En el bloque de dinero que se necesitará a medio plazo, si que se puede asumir algo más de riesgo o volatilidad en la inversión, pero tampoco en exceso. Sabemos que vamos a necesitar el dinero en un plazo determinado, y que este no es excesivamente amplio. Por lo tanto, no podemos caer en el error de invertir en productos que tengan una volatilidad excesiva, ya que podría darse el caso de que ante una corrección relevante en el activo, no tengamos tiempo a recuperar la inversión en el plazo marcado. Ese bloque podría tener un riesgo moderado por ejemplo, y en él se podrían incluir productos como los fondos mixtos, gestión alternativa... Es decir, se asume algo de riesgo, pero siempre controlado.
En la parte de la inversión orientada a la jubilación, si que se podría asumir volatilidad. En esta parte, al tener un horizonte temporal muy lejano, sabemos que los activos más volátiles también son los que mayores perspectivas de rentabilidad tienen por norma general, por lo que se puede configurar una cartera con un perfil de riesgo más agresivo. En un escenario como este, si invertimos en un fondo de renta variable, y lo hacemos en un momento en el que los mercados comienzan a corregir, tenemos tiempo por delante más que suficiente como para que esa inversión se recupere o se puedan hacer los cambios necesarios para recuperarla.
El hecho de calcular de antemano los diferentes horizontes temporales que puede tener nuestra inversión, nos puede ayudar a evitar que nuestra cartera esté "pasada de riesgo" o que en un momento determinado necesitemos recuperar nuestra inversión y esta por ejemplo esté en pérdidas.
Nuestro consejo como profesionales, es que intenten siempre, ántes de configurar una cartera de inversión, planificar el horizonte temporal de la misma, y marcar distintos bloques de inversión dentro de ella.
Saludos,
Jose Manuel García Rolán
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