Cómo elegir una cuenta corriente de ahorro

Cómo elegir una cuenta corriente de ahorro

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Las cuentas corrientes se han convertido en una herramienta imprescindible para gestionar nuestras finanzas personales. Quizás por lo habituados que estamos a utilizarlas, pensamos que elegir bien la cuenta corriente adecuada puede marcar las diferencias en nuestras finanzas personales.

Sin embargo, ¿Para qué sirve realmente una cuenta corriente? Seguramente te vendrán a la mente cuestiones como domiciliar recibos, tener el dinero del día a día, pagar compras recurrentes, ingresar la nómina… Si entre tus respuestas aparece “ahorrar” o “hacer crecer mis ahorros” es que vives en el pasado. Una cuenta corriente no sirve para hacer crecer tus ahorros. Si aspiras a tener una buena jubilación deberías invertir y esta imagen te explica claramente por qué.

Por qué invertir a largo plazo

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¿Estás perdido y no sabes cómo hacerlo? En estos casos, la mejor opción puede ser acudir a un asesor financiero que te ayude con tus finanzas y te oriente sobre la forma que más te conviene para rentabilizar tu plan de pensiones. 

Tener el dinero parado en la cuenta corriente o creer que una cuenta corriente sirve para ahorrar es un error de bulto que deberías evitar, incluso para los ahorros de tu hijo.

En este punto es fácil que estés pensado en las cuentas remuneradas y en las que devuelven recibos como una opción para válida para ganar algo de dinero. Es verdad que con ese tipo de cuentas puedes optimizar algo tus finanzas, pero la realidad es que seguirás sin estar invirtiendo. Ni siquiera con una cuenta como la cuenta 1,2,3 de Banco Santander ganarás dinero de la misma forma que si inviertes a largo plazo.

La cuenta estrella de Santander es una de las que más remunera el ahorro, aunque también de las que más comisiones cobra. El problema es que para rentabilizar tu cuenta corriente necesitarás tener mucho dinero parado en la cuenta (más de 3.000 euros) para conseguir un 3% de interés, además, tendrás que hacer uso de la tarjeta de crédito y tener otra de débito (si no lo haces, no te aplicarán el 3%). También tendrás que domiciliar los recibos y pagar a través de la cuenta impuestos si quieres maximizar el beneficio y contratar con Santander tus seguros para poder beneficiarte de las devoluciones de recibos. En otras palabras, mucho esfuerzo para un beneficio reducido y por el que, además, pagarás impuestos todos los años.

Por supuesto, hay otras alternativas como la cuenta nómina de Bankinter que te dará un 5% hasta 5.000 euros. Se trata de una buena rentabilidad con dos inconvenientes: pagarás impuestos por ese dinero ese mismo año y, sobre todo, la rentabilidad sólo se aplicará un año.

Qué debemos tener en cuenta al elegir cuenta corriente

Acertar con la cuenta corriente es importante, pero no a costa de dedicar horas y horas a comparar productos. Si de verdad vas a invertir todo ese tiempo, quizás sea más productivo aprender sobre inversiones. Con esto en mente, hay tres cuestiones que sí debes tener en cuenta al elegir tu cuenta corriente:

  • Que no cobre comisiones. Busca una cuenta con el mínimo de comisiones. Ya que la necesitas, que no te cueste dinero. Recuerda que no quieres la cuenta corriente para invertir ni para ahorrar, sólo para gestionar tu dinero del día a día, así que no te pases horas comparando cuál te dará dos céntimos más al mes, simplemente busca la que no te cueste dinero.
  • Que no te cobre por la tarjeta. Puedes contratar una tarjeta ajena a la cuenta, pero lo más normal suele ser tener la tarjeta asociada en un mismo banco. Busca una cuenta que te regale la tarjeta de débito y también una de crédito que poder usar para pagar viajes y grandes compras. Así aprovecharás los seguros asociados a estas tarjetas.
  • Que tenga una operativa sencilla. Bien porque la oficina esté cerca de casa o porque sepas que su banca online es fácil y funciona bien, busca una cuenta que sea sencilla de usar y práctica.

A partir de aquí puedes seguir los consejos más repetidos para elegir cuenta corriente como revisar el contrato para saber cuánto te van a cobrar por descubierto e incluso mirar cuál es la remuneración que te ofrece la cuenta. Sin embargo, lo más importante es que la cuenta tenga pocos gastos y que sea fácil de usar. Piensa que si no te lees tu hipoteca antes de firmarla es improbable que quieras leerte un contrato de cuenta corriente.

Para sacar rendimiento a tu dinero tienes otras fórmulas como fondos de inversión, planes de pensiones e incluso la bolsa.

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