¿Tienes que pagar impuestos por los regalos de boda?
Llega el buen tiempo y comienza la temporada de bodas. Quienes ya anunciaron el enlace estarán contando los meses para llegue la feliz cita y quienes todavía no lo hicieron pueden aprovechar ahora para comunicárselo a sus amigos. Organizar una boda siempre supone trabajo y lo último que quieren los novios es tener que pensar en impuestos. Sin embargo, cuidado de no hacerlo.
Bodas e impuestos van más de la mano de lo que piensas y tengo una mala y una buena noticia al respecto. La mala noticia es que Hacienda siempre quiere su parte el pastel y en el caso de las bodas, el pastel son todos los regalos que recibirás.
Desde un punto estrictamente legal estamos ante una donación, da igual que sea dineraria (esos 150 euros que tus amigos te ingresarán en la cuenta) o en especie (la cubertería de plata que tanta ilusión le hace regalarte a tu abuela). Por ese dinero deberás tributar en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que está cedido a las comunidades autónomas y que bonifica las donaciones entre familiares de primer grado, segundo y tercer grado, pero no así entre amigos o los amigos de tus padres. Aquí puedes ver un caso concreto aplicado a fondos de inversión.
Seguro que en este punto te estás preguntando si no existe un mínimo exento. ¿Acaso va Hacienda a obligarte a pagar impuestos por 150 euros? Con la ley en la mano no existe cantidad exenta y deberías tributar por cada donación de forma individual. Lo que ocurre es que entre familiares hay cantidades bonificadas. Existe una falsa creencia de que hasta 3.000 euros no hay que pagar y es por las bonificaciones en función del parentesco y sólo aplicables en caso de fallecimiento con carácter general.
Para el resto, contará más la normativa autonómica y el grado de parentesco. Para que lo entiendas mejor si tu padre te ha regalado 5.000 euros para tu boda, vives en Madrid y tienes menos de 400.000 euros de patrimonio, tendrás una bonificación del 99%. El problema llegará si esos 5.000 euros te los ha dado una amiga de la familia o tu tía segunda, porque ahí sí que no hay bonificación ni mínimo exento y te tocará pagar bastante.
Y ahora que ya estás viendo las orejas al lobo llega la buena noticia. La realidad es que Hacienda no persigue estos movimientos salvo que se trate de una cantidad astronómica y desde luego todavía no ha trascendido una actuación de la Agencia Tributaria al respecto.
Lo que sí está haciendo el fisco es realizar inspecciones informativas. Para que lo entiendas mejor, puedes recibir la visita de dos amables inspectores de la AEAT en los cuatro años siguientes al enlace para reclamar información sobre los pagos que realizaste. Tranquilo, lo que Hacienda busca no es cazarte a ti, sino a las empresas que contrataste y que pudieron ofrecer sus servicios sin IVA o simplemente no declararlos.
