Sigue el festival de medidas extraordinarias en los bancos centrales. Hoy le tocaba el turno a la Reserva Federal estadounidense. Y ha sorprendido de nuevo por el lado "monetario".
Ha anunciado que amplía su compromiso de mantener los tipos en niveles "excepcionalmente bajos" hasta finales de 2014, un año y medio más del plazo que había fijado hasta ahora.
La inflación por ahora no les preocupa nada, por lo que dicen al final del primer párrafo y en el segundo de la nota.
Han votado a favor todos los miembros del comité, excepto uno que prefería no dar fechas concretas. El asunto es que justo lo que buscaban Bernanke y sus amigos era lanzar ese mensaje, dar una fecha más lejana en el tiempo para animar a los actores de la economía, la empresa y los mercados a asumir más riesgos, y acelerar la recuperación en la economía y el empleo.
Lo que está claro es que los bancos centrales de EEUU y Europa van a seguir haciendo todo lo que pueden (a costa de una posible mayor inflación futura), para que la rueda vuelva a girar. Esto puede gustarnos más o menos, pero es la realidad.
De momento, la decisión apenas ha influido en las bolsas... Aunque sí en el oro, que sube con fuerza.
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