Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) expresaron durante las deliberaciones de la última reunión, cuando mantuvieron sin cambios los tipos de interés, que su próximo encuentro de septiembre será "un buen momento" para reevaluar el nivel de restricción monetaria, subrayando la importancia de abordar esta cita "con una mentalidad abierta".
Según recogen las actas del cónclave del pasado 18 de julio, los consejeros del BCE tomaron la decisión de pausar las bajadas del tipos de forma unánime, reconociendo el deterioro de las perspectivas de crecimiento a corto plazo, con una economía "estancada".
En cuanto a la política monetaria, dado que la inflación estaá bajando sólo gradualmente, se el BCE ha considerado natural una respuesta cauta por parte del Consejo de Gobierno. Este enfoque prudente estaba particularmente justificado por las incertidumbres predominantes sobre la evolución de los salarios, los beneficios, la productividad y la inflación de los servicios, lo que requería de un mayor seguimiento y evaluación para ganar más confianza sobre las perspectivas de inflación.
En sus deliberaciones, los miembros del Consejo del BCE estuvieron de acuerdo en que no deberían asumir ningún compromiso de antemano respecto de una trayectoria de tipos particular, ya que el ritmo exacto al que la inflación volvería a alcanzar el objetivo seguía siendo incierto.
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