ETFs que se benefician de un oro en máximos históricos

El precio de la onza de oro en dólares ha llegado a superar los 2.400 dólares la onza y ahora se encuentra en niveles cercanos a máximos históricos. El activo refugio por excelencia de los mercados lleva un gran 2024 y continúa subiendo muy por encima de la barrera psicológica de los 2.000 dólares.

Con las perspectivas de reducciones en las tasas de interés por los bancos centrales debido a la desaceleración de la inflación que lleva a esperar bajadas de tipos, así como por las tensiones geopolíticas, los inversores han renovado su interés por el metal amarillo, impulsado además por las compras de oro de algunos bancos centrales de países emergentes, que han estado aumentando últimamente sus reservas de oro (como es el caso de China).

"El reciente repunte del oro ha sido impulsado por la escalada geopolítica y coincide con niveles récord en los índices", apuntan desde Citigroup en una nota reciente, que ve que el precio de la onza de oro podría alcanzar los 3.000 dólares en los próximos 6 a 18 meses. El comienzo de un cercano ciclo de recortes de la Fed hasta 2025 (o un escenario de recesión) impulsaría incluso más el precio del oro, apuntan desde la entidad.

"Después de un fuerte rally reciente, también desencadenado por tensiones geopolíticas, el oro debería seguir beneficiándose de su condición de diversificador y refugio seguro, con inversores de mercados emergentes comprando el metal amarillo.

Un aumento exógeno de la inflación general junto con salidas de capital hacia los bonos del Tesoro de refugio seguro podrían respaldar al oro, ya que las tasas de interés reales tenderán a ser más bajas", comenta Gregor MA Hirt, CIO Global Multiactivo de Allianz Global Investors.

ETFs que invierten en oro, al alza

Mientras tanto, los fondos cotizados o Exchange-Traded Funds (ETFs) que replican el precio del oro están, por tanto, viviendo un gran momento en mercados, superando rentabilidades del 18%.

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Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.