Las claves para evitar que la inflación noquee la economía familiar

Las claves para evitar que la inflación noquee la economía familiar

Las perspectivas económicas no son positivas. "Debería reconfortarnos la resiliencia que ha mostrado el mercado durante su larga historia y tenerla muy presente en los momentos más difíciles", destaca como contrapunto el equipo de economistas de BNY Mellon IM de cara al desenlace de este 2022. El Fondo Monetario Internacional recortó el crecimiento mundial y por países en sus últimas estimaciones de finales de julio.

Además, la normalización de los precios no llegará hasta al menos el próximo año, según vaticina el FMI. La inflación no deja de apretar y lejos quedan las previsiones de los analistas, que auguraban una inflación transitoria el pasado otoño.

El último dato de los precios de consumo en España, que sitúa la variación anual de la inflación en el 10,8% en julio, esconde una lectura más inquietante para los consumidores: el IPC subyacente (el indicador que elimina el efecto de los precios energéticos y los productos de alimentación no elaborados). Esta tasa aumentó hasta el 6,1%, según el Instituto Nacional de Estadística.

El aumento general del coste de vida afecta a la capacidad de ahorro y a la inversión. Los patrones de consumo cambian inevitablemente para reducir el gasto, aunque sea incluso mediante pequeños gestos del día a día. Existen fórmulas que, sin ser garantía de pleno éxito, ayudan a aliviar la losa de los precios y a mantener a raya el gasto. Desde Finect, recogemos algunas de las recomendaciones y claves de asesores financieros.

Cambios en el presupuesto

Las familias se ven obligadas a reajustar las partidas del presupuesto, en el que la alimentación y el transporte ocupan un lugar importante. El primero se puede adaptar al contexto de inflación con un gasto más comedido, eliminando alimentos que no son básicos o comprando la marca blanca del supermercado en algunos productos. Además, por mucho que cueste en verano, reducir las salidas a restaurantes y comer en casa se convierten en una fuente de ahorro familiar.

Para ello, habrá que elaborar el presupuesto y dedicarle una parte del tiempo a hacer el seguimiento. Natalia de Santiago, autora del libro 'Invierte en ti', asegura que el esfuerzo merece la pena: "El que quiera hacerlo a mano o en excel, fenomenal, pero ya existen aplicaciones como Fintonic y la mitad de los bancos ya te dan herramientas para hacerlo automatizado", señala en referencia al presupuesto familiar. "La clave es el ahorro y ahí está el primer error del ahorrador común: ver el ahorro como lo que queda en la cuenta a final de mes".

Reordenar prioridades

Relacionado con el apartado anterior, la subida de precios obliga a pararse a pensar: ¿Cuáles son las prioridades económicas en este momento? Una buena ayuda puede ser la elaboración de un listado de productos y servicios a los se destinada la nómina mensual. El ingreso es fijo la mayoría de las veces -el sueldo o la pensión de una persona- y será el punto de partida para identificar gastos superfluos y concentrarlo en las necesidades reales individuales.

Los tiempos de alta inflación empujan a mirar con lupa las ofertas de los comercios, como los supermercados, o exprimir la época de rebajas en tiendas de ropa. Asimismo, una manera de cubrirse de una inflación aún mayor en un futuro próximo consiste en adelantar el gasto de productos no perecederos. De esta forma, se adquieren al precio actual en previsión de que ese artículo se encarezca si la economía se sigue sobrecalentando.

El orden de prioridades exige desprenderse de ciertos servicios, aunque sea temporalmente, como la suscripción a una plataforma de vídeo o música bajo demanda (Netflix, Amazon). O, también, rebajar la temida factura de la electricidad concentrando el consumo en horas valle donde el precio del megavatio es más económico.

Evitar gastos hormiga

Los meses de inflación se agolpan y esa es la peor noticia posible para los gastos hormiga. Son pequeños dispendios en productos cotidianos como ir a tomar un café o comprar dos paquetes de tabaco en vez de uno. La mayor parte son evitables o se pueden reducir con productos sustitutivos más baratos. Por ejemplo, cambiar cápsulas de café de marca por las que vende el supermercado con su marca propia.

Diversificar ingresos

Las nóminas del trabajo se mantienen congeladas o, con suerte, crecen levemente. En todo caso, son muy pocos los empleados que han conseguido una mejora de sueldo a la altura del 10% de inflación acumulada en los 12 últimos meses. Por ello, generar fuentes de ingresos alternativas se vuelve más esencial. Ya sea a través de una segunda vivienda que ponemos en el mercado inmobiliario de alquiler en vez de disfrutarla para uso familiar los fines de semana, o con inversiones en productos financieros capaces de generar réditos a largo plazo.

La inversión es la manera más directa de generar esos ingresos extra cuando no tenemos una propiedad inmobiliaria de la que tirar. Los mercados financieros son accesibles desde cantidades tan pequeñas como un euro. Por tanto, dan diferentes opciones a los usuarios. Una máxima de la inversión es conocer el perfil de riesgo en el que encaja mejor cada particular, así como el horizonte de inversión (los años que está dispuesto a separar una parte del ahorro en productos financieros con los que invertir).

Desde la página web de Finect se pone en contacto al usuario interesado en mover el ahorro con varios asesores financieros sin compromiso. También se pueden consultar escaparates de inversión por perfil de riesgo (por ejemplo riesgo bajo) o por nivel de experiencia financiera (por ejemplo, una sección de invertir los primeros ahorros).

Conoce tu perfil inversor

La versión original de este artículo se publicó en elEconomista el 3/08/2022. 

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