"Es probable que la bolsa europea vea negativamente una victoria de Trump"
El endurecimiento de las restricciones de exportación hacia China podría complicar la situación de empresas tecnológicas europeas
El enfoque arancelario de Trump podría afectar seriamente a sectores clave de la economía europea
Las elecciones en Estados Unidos es, sin duda, el gran evento que va a marcar el final de año en la bolsa. No solo en la estadounidense, sino también en otras zonas del mundo, como es el caso de Europa. Y los expertos en los mercados del viejo continente verían con más recelo una posible victoria de Donald Trump. La posible reelección del candidato republicano como presidente de Estados Unidos podría traer consigo ciertas dudas, ha alertado David Ross, CFA y gestor de fondos en La Financière de l’Echiquier (LFDE).
Ross considera que el enfoque arancelario de Trump podría afectar seriamente a sectores clave de la economía europea, al tiempo que aumentaría la presión inflacionaria y reduciría las expectativas de crecimiento en el bloque europeo.
"Los aranceles son el centro de la política económica de Trump", explica Ross, destacando que en este posible segundo mandato, el presidente estadounidense se valdría de estos como una "cura para la mayoría de los males económicos". Mientras que en su primer mandato los aranceles se usaban como herramienta de negociación, ahora la intención es eliminar los déficits comerciales de Estados Unidos y fortalecer la recaudación fiscal.
El experto prevé un clima de creciente proteccionismo que generaría un "sistema económico bipolar", en el que los países podrían verse obligados a elegir entre una relación económica con Estados Unidos o con China, complicando el escenario global.
En este sentido, Ross indica que la inversión fuera de EE. UU. podría desincentivarse, "independientemente del ganador de las elecciones estadounidenses, aunque probablemente será más pronunciado bajo una victoria de Trump".
Aranceles en sectores estratégicos europeos
Europa podría sentir estos efectos de manera directa en varios de sus sectores estratégicos, especialmente en la banca y la industria automotriz. "Trump regulará con un enfoque más suave, dando a los bancos estadounidenses una ventaja regulatoria sobre los bancos europeos", subraya Ross, lo que podría poner en desventaja a las entidades financieras del continente.
En el ámbito automotriz, "los fabricantes de automóviles y los proveedores de piezas que fabrican fuera de EE. UU. verán sus exportaciones más costosas", lo que podría afectar su competitividad frente a los rivales estadounidenses en el mercado internacional.
El endurecimiento de las restricciones de exportación hacia China podría complicar la situación de empresas tecnológicas europeas, en especial aquellas que dependen de mercados clave como el de semiconductores.
En tanto, Ross advierte que sectores industriales básicos también enfrentarían desafíos, ya que la administración Trump planea "reducir las regulaciones ambientales en la extracción de petróleo y gas, así como en la industria del carbón", lo que abarataría aún más los costos energéticos para la industria estadounidense, perjudicando a sus competidores europeos.
Para los inversores en activos europeos, las consecuencias serían poco alentadoras. "El régimen arancelario estadounidense debería conducir a un dólar estadounidense más fuerte y, por tanto, a una moneda europea más débil", explica Ross.
Esto, sumado a posibles aranceles recíprocos por parte de Europa, podría "provocar una mayor inflación" en la región y un posible incremento en los tipos de interés. En opinión de Ross, "un menor crecimiento, tipos de interés más altos y una mayor inflación no son positivos para los activos financieros".
En este contexto, Ross concluye que "es probable que los mercados de renta variable europeos verán negativamente una victoria de Trump", ya que las políticas proteccionistas podrían limitar el crecimiento de los beneficios empresariales y complicar el panorama económico para el continente.
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