¿Llegará el precio del oro a 5.000 dólares? Amundi lo ve y da el año en el que podría pasar

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El oro supera los 4.000 dólares impulsado por bancos centrales, inversores y tensiones geopolíticas

Los cambios en la demanda podrían hacer que llegara a superar los 5.000 dólares

El oro ha alcanzado múltiples máximos históricos en 2025, superando recientemente los 4.000 dólares por onza y acumulando un incremento superior al 20% desde mediados de agosto. Esta tendencia, que está impulsando a ETFs de oro, podría continuar e incluso llegar a superar los 5.000 dólares en los próximos años.

Según un reciente estudio del Amundi Investment Institute, el reciente repunte se debe una combinación de factores cíclicos y estructurales como la creciente incertidumbre macroeconómica y geopolítica, las expectativas de más recortes de tipos por parte de la Reserva Federal, y una mayor demanda de los bancos centrales.

“La combinación de incertidumbre macroeconómica y geopolítica, preocupaciones fiscales y el comportamiento cambiante de los inversores está impulsando un renovado interés por el oro, respaldando un papel creciente del metal en la asignación estratégica de activos”, explican Monica Defend, directora del Amundi Investment Institute, y Vincent Mortier, director de Inversiones del grupo.

Amundi proyecta que el oro podría alcanzar los 4.200 dólares por onza en 2026, y hasta 5.000 dólares en 2028, apoyado en una transformación estructural del papel del metal en las carteras de inversión y las reservas de los bancos centrales.

Este repunte, apuntan, también refleja un cambio progresivo hacia un sistema monetario internacional más multipolar, menos centrado en el dólar estadounidense.

La demanda de los bancos centrales

El informe interpreta esta evolución como más que una simple tendencia de mercado: “La reciente subida de los precios del oro señala algo más que una tendencia del mercado; indica, en nuestra opinión, el inicio de una transición gradual desde un sistema monetario internacional centrado en EE.UU. hacia uno más multipolar”.

Según datos del World Gold Council, la compra neta de oro por parte de bancos centrales alcanzó las 415 toneladas en el primer semestre de 2025, lo que supone una caída del 21% interanual, aunque mantiene la tendencia de acumulación iniciada en 2022.

“La compra de oro por parte de los bancos centrales ha estado impulsada por el riesgo de inflación, la incertidumbre geopolítica y las necesidades de diversificación, particularmente durante períodos de debilidad del dólar estadounidense. La mayoría de los bancos centrales ya han actuado, con China y algunas naciones asiáticas a la cabeza. La reasignación hacia el oro continúa, pero su ritmo se está desacelerando”, señala el informe.

ETFs y demanda minorista refuerzan la tendencia

En paralelo, los fondos cotizados respaldados por oro físico (ETFs) registraron su mayor entrada mensual en septiembre de 2025, con un trimestre récord de 26.000 millones de dólares, impulsado por inversores institucionales y minoristas que buscan diversificación ante los riesgos de estanflación y la erosión de confianza en la deuda soberana.

Más allá de los bancos centrales, Amundi destaca el creciente interés por parte de inversores institucionales y minoristas. En septiembre de 2025, los ETFs respaldados por oro físico registraron su mayor entrada mensual, con un total trimestral de 26.000 millones de dólares, marcando el mejor trimestre de la historia para este tipo de vehículos.

El oro está ganando tracción como diversificador estructural de carteras”, sostienen los autores, y añaden que la erosión de la confianza en la deuda soberana también ha favorecido este movimiento: “Las recientes políticas fiscales caracterizadas por déficits crecientes y trayectorias explosivas de deuda desafían el estatus de refugio tradicional de los bonos gubernamentales, como los del Tesoro estadounidense”.

También se identifican factores demográficos detrás del repunte: “Las generaciones más jóvenes, con diferentes preferencias de inversión y una mayor afinidad por los activos no tradicionales y plataformas digitales, son más proclives a apoyar una mayor compra de oro”.

Desde la perspectiva de la estrategia de inversión global, los responsables del Amundi Investment Institute consideran que el oro puede jugar un papel clave como elemento estabilizador. “Seguimos siendo positivos con respecto al riesgo, pero preferimos mantenernos anclados en los fundamentos, con el oro actuando como estabilizador de la cartera”, afirman.


Este contenido se ha elaborado parcialmente con inteligencia artificial, bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.


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