Allianz Global Investors
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Tormenta de verano: ¿qué nos dice la volatilidad sobre los cambios en el orden global?

Tormenta de verano: ¿qué nos dice la volatilidad sobre los cambios en el orden global?

La reciente señal de la Reserva Federal (Fed) sobre inminentes recortes de tipos, que en principio parecía una buena noticia para los mercados bursátiles, desató de inmediato preocupaciones acerca de un posible debilitamiento de la mayor economía del mundo. Estas inquietudes se vieron reforzadas por los datos recientes de empleo, que mostraron un enfriamiento significativo del mercado laboral. De hecho, la llamada "Regla Sahm" (un indicador que utiliza los datos mensuales de desempleo para prever recesiones) ha demostrado históricamente ser un buen predictor de desaceleraciones económicas. Sin embargo, el gran desafío aquí es reaccionar ante un único dato: la economía estadounidense ha mostrado recientemente una notable resistencia, lo que hace poco probable que una recesión sea inminente.

Mientras los mercados asimilaban los datos de empleo y las intenciones de la Fed, una subida de tipos en Japón complicó aún más el panorama. La preocupación de que las operaciones de "carry trade" con el yen (donde se recurre a financiación accesible en economías con tipos bajos) se desmoronaran generó inquietud en los mercados globales. Además, tras un período de resultados positivos, impulsados en parte por el boom de la inteligencia artificial, el entusiasmo por algunas acciones tecnológicas ha comenzado a enfriarse. Esto se ha visto agravado por acontecimientos recientes, como un fallo de gran repercusión en el sector de la ciberseguridad y algunos retrasos en la fabricación de los principales fabricantes de chips.

Estos factores económicos se suman a la creciente tensión en Oriente Próximo, con el aumento de los conflictos entre Irán e Israel. Aunque las causas inmediatas de la reciente turbulencia son claras y es probable que algunas pérdidas a corto plazo se recuperen en los próximos días o semanas, los inversores deben ser conscientes de los cambios más profundos que se están produciendo en el orden global. Algunos ya están en marcha y sus consecuencias comienzan a percibirse, mientras que otros dependerán de cómo evolucione el volátil panorama político global en los próximos meses y años.

Cambios en los vientos políticos

La mayor incógnita en el horizonte es el resultado de las elecciones presidenciales en EE. UU. a finales de este año. Los últimos acontecimientos, como el intento de asesinato de Trump y la retirada de Biden, siendo reemplazado por Harris, han cambiado el rumbo de la carrera presidencial. Si bien una victoria de Harris probablemente representaría una continuidad con las políticas de la administración Biden, la posibilidad de un triunfo de Trump introduce un factor mucho más impredecible.

De hecho, una segunda administración de Trump probablemente sería muy diferente a la primera. En términos económicos, Trump 1.0 se caracterizó por la desregulación, recortes de tipos y aumento del gasto fiscal. Sin embargo, ahora estamos en un momento muy distinto del ciclo económico al de 2016. Entonces, el PIB y las cifras de crecimiento de beneficios estaban en revisión al alza; ahora, cualquier expansión económica significativa probablemente implicaría una mayor inflación. Además, la deuda pública de EE. UU. ha crecido considerablemente durante este periodo, en un momento en que los balances de los bancos centrales se están reduciendo y las tasas de ahorro de la OCDE están cayendo de forma pronunciada.

A pesar de la incertidumbre, Trump ha dejado clara su postura sobre el comercio y los aranceles. Se ha planteado imponer un arancel del 60% sobre los productos chinos, además de un arancel universal del 10%, lo que afectaría importaciones por un valor superior a 3 billones de dólares, aproximadamente diez veces más que durante su primer mandato. Esto tendría un impacto notable en la inflación (se estima que costaría alrededor de 1.700 dólares por hogar) y también provocaría efectos más difíciles de prever, como cambios en la sustitución de importaciones, sin contar los posibles aranceles de represalia que China podría aplicar.

Un contexto en pleno cambio

Más allá de Estados Unidos, la situación geopolítica global está experimentando cambios significativos. Los conflictos en Europa y Oriente Próximo añaden un alto grado de incertidumbre, mientras que la creciente influencia y asertividad de China en el ámbito económico y político mundial continúa en aumento, a pesar de los desafíos internos que enfrenta el país para transformar su economía desde el sector inmobiliario hacia un crecimiento impulsado por la innovación.

Aunque es probable que muchas de las caídas recientes se recuperen a medida que disminuya la histeria en los mercados, los inversores no deben perder de vista los profundos cambios que están ocurriendo tanto en la economía global como en el panorama geopolítico. Los papeles de China y EE. UU., en particular, están experimentando transformaciones significativas, y los inversores deberían estar atentos a las implicaciones de este cambio de paradigma en los próximos meses y años.

En cuanto a nuestras perspectivas, poco ha cambiado: de aquí a noviembre cabe esperar cierto nivel de volatilidad en la renta variable, pero las perspectivas a medio y largo plazo son positivas y siguen existiendo puntos de entrada interesantes para los inversores. 

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