Web 3.0: ¿qué es y por qué te interesa saberlo como inversor?
El metaverso acecha como la próxima revolución digital. Las mayores empresas del mundo ya se han lanzado a esta nueva realidad virtual. Supondrá la unión de un gran número de mundos virtuales, públicos y privados.
Lejos de ser una novedad que llegó con Meta (Facebook) hace unos meses, los ingredientes que componen el metaverso existen desde hace unos años y se han ido mejorando. Todavía resultan grandes desconocidos en muchas capas del mundo financiero, aunque pronto dejarán de serlo.
Uno de ellos es su soporte tecnológico: la Web 3.0. Esta nueva versión de la web se lleva gestando desde hace un tiempo, aunque aún no se haya hablado mucho de ella. Como todo cambio, serán necesarias dosis de paciencia inversora para distinguir los mejores activos invertibles. Pero, lo que está claro, es que la Web 3.0 ha llegado para quedarse.
Se trata de una nueva forma de crear y consumir información a partir de una economía de tokens (unidades de valor digitales basadas en cadenas de bloques o blockchain).
Estas son algunas ventajas y posibilidades de la Web 3.0:
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Fiabilidad: garantizará a los usuarios más control sobre sus datos digitales.
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Democratización: no está sometido al control de una o pocas entidades.
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Personalización: la experiencia de navegación se ajustará más a cada usuario.
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Mejor relación vendedor-consumidor: las empresas entenderán mejor las necesidades de sus potenciales clientes.
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Menos interrupciones: los datos se almacenan en bases distribuidas por la descentralización.
Y estos son algunos inconvenientes:
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Contratos inteligentes maliciosos
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La Web 3.0 es inaccesible para los dispositivos menos avanzados
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Hará falta una mejora tecnológica de muchos dispositivos (por ejemplo, procesadores más potentes para trabajar con la nueva versión web).
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Hará falta una regulación que aún no se ha desarrollado.