Colchón de emergencia: qué es y cuánto tengo que tener ahorrado
“La vida es aquello que pasa mientras estamos haciendo otros planes”, aseguraba John Lennon. Y eso que pasa abarca de todo, también en finanzas.
Tú puedes tener grandes objetivos y planes de ahorro, pero el coche se estropea, la lavadora se rompe, te invitan a una boda… En pocas palabras, surgen imprevistos que minan tu plan y te impiden coger ritmo. ¿Hay algo que puedas hacer para evitarlo? Afortunadamente, sí. Hay dos herramientas que te ayudarán, aunque en realidad una es consecuencia de la otra.
La primera herramienta es el ahorro y empezar a ahorrar en serio. Si no gastas menos de lo que ingresas cada mes cualquier pequeño inconveniente se puede convertir en un verdadero muro.
La segunda herramienta es lo primero que debes construir con tu ahorro: un colchón de emergencia o fondo de imprevistos.
Este colchón de emergencia es el dinero que tienes para hacer frente a gastos imprevistos y tu red inicial de seguridad. Es el dinero que utilizarás si hay un imprevisto y que evitará que:
- Tengas que endeudarte ante cualquier gasto inesperado.
- Tengas que vender tus inversiones, si es que las tienes, en el peor momento. Imagina por un momento que has invertido todos tus ahorros y se rompe la lavadora justo en plena caída de los mercados. Tendrías que vender cuando estás en pérdidas.
Por eso mismo es tan importante contar con un fondo específico para emergencias e imprevistos. Además de tener sentido financiero, es la mejor forma de reducir tu estrés por el dinero. Cuando sabes que tienes ahorros que te respalden, vives mucho más tranquilo.
¿Cuánto necesitas ahorrar para tu colchón?
La cantidad recomendada para tu colchón de imprevistos es de entre tres y seis meses de tus gastos fijos, aunque si lo prefieres puedes utilizar el total de tus ingresos como medida. De esta forma también tendrás un margen de seguridad adicional.
A modo de ejemplo, si tus gastos son de 1.200 euros al mes, tu fondo de imprevistos debería ser de 7.200 euros , lo que es lo mismo, seis meses de tus gastos fijos.
Por supuesto, esta es una cifra totalmente personal que también tiene que ver con el nivel de seguridad que busques. Por ejemplo, una familia con hijos puede querer un colchón más grande, igual que un autónomo.
Al final debes pensar en este fondo como un dinero para pagar imprevistos y también un colchón de seguridad si todo se tuerce. Por ejemplo, si tus inversiones caen o si te quedas sin trabajo.
De hecho, lo recomendable es que tengas parte de ese colchón de imprevistos antes de empezar a invertir. El mínimo sería de tres meses y a partir de ahí podrías ya comenzar a invertir un poco de dinero porque para invertir no hace falta ser rico.
Al final, el colchón de emergencia es una parte clave para tus finanzas porque te da estabilidad mental, evita que tomes malas decisiones y, sobre todo, que pares tu plan de ahorro e inversión ante cualquier piedra en el camino. Empezar es lo más importante y como esta herramienta evitarás hacerlo dos veces.
Por último, sólo tienes que decidir para qué usarás este colchón, si será un fondo de imprevistos y emergencias o también un fondo de provisión. Y es que hay parte de los gastos no previsibles que en realidad sí lo son.
Para que lo entiendas mejor, si tu lavadora tiene 11 años, está cerca del fin de su vida útil y en breve tendrás que cambiarla. ¿Cuándo dejará de funcionar? Eso nadie lo sabe, pero sí que en es fácil que sea antes de 1 año. Por lo tanto, es un gasto previsible.
Algo parecido ocurre con los coches que ya tienen unos años. Por un lado, nunca sabes cuánto se estropeará, pero sí que es más fácil que surjan más averías, o que a partir de los 20 años, puede dejarte tirado definitivamente en cualquier momento.
Son solo dos ejemplos de gastos que puedes adelantar y prever. Por supuesto, podrás usar el fondo de emergencia cuando lleguen, pero la lógica financiera te dice que deberías preparar ese fondo con capital adicional para su llegada.
