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Elecciones británicas: tres peguntas sobre los mercados que nos trasladan los clientes
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Elecciones británicas: tres peguntas sobre los mercados que nos trasladan los clientes

El primer ministro, Rishi Sunak, ha dado el pistoletazo de salida a la carrera para formar el próximo gobierno. El 4 de julio se celebrarán elecciones generales que, si los sondeos de opinión y los mercados de apuestas no se equivocan, supondrán un difícil resultado para el actual Gobierno. ¿Cuál es la situación de la economía y los mercados británicos de cara a estas elecciones?

Los clientes nos están trasladando algunas preguntas. Las más frecuentes las hemos recopilado a continuación:

1.      ¿Por qué elecciones en pleno verano?

 A primera vista parece extraño el día en que se celebrarán las elecciones, pero quizá no lo sea tanto si se tiene en cuenta una probable ralentización del crecimiento (tras un primer trimestre sorprendentemente fuerte) junto con una inflación más elevada de lo esperado.

Parece probable que una inflación más resistente desplace los recortes de los tipos de interés.

La decisión de convocar elecciones en verano es un poco sorprendente, ya que muchos, incluidos nosotros mismos, esperábamos unas elecciones en otoño. Los comicios cerca de la temporada de vacaciones corren el riesgo de una baja participación.

Y el calendario no encaja con el mensaje de los conservadores de que la economía se está fortaleciendo mientras la inflación "vuelve a la normalidad".

 

La caída de la inflación se debió principalmente a un recorte de las facturas energéticas de los hogares y a efectos de base. De hecho, el dato de la inflación de abril medida por el IPC fue decepcionante, ya que las estimaciones de consenso apuntaban a una caída hasta el 2,1%. Como consecuencia, las expectativas de la primera bajada de tipos del Banco de Inglaterra (BoE) se trasladaron de junio a septiembre, lo que hará subir los costes de las hipotecas para quienes refinancien en un futuro próximo.

Otra consideración es la reciente presión sobre el Gobierno para desincentivar la migración ilegal en pequeñas embarcaciones.  Se espera que el verano provoque un incremento de entradas de este tipo, ya que el clima más cálido ayuda a calmar las condiciones para cruzar.

Un fracaso en este frente podría costar votos al Partido Conservador, de centro-derecha, en favor del Partido Reformista, más de derechas, antes conocido como el Partido del Brexit.

2. ¿Quién va a ganar las elecciones?

Los sondeos deben tomarse siempre con cautela y, aunque la campaña está a punto de empezar, el Partido Laborista (ahora en la oposición) lleva una gran ventaja.

La probabilidad implícita de los mercados de apuestas (Betfair) sugiere una probabilidad del 95% de que el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, sea el próximo primer ministro, y una probabilidad del 82,3% de que su partido consiga la mayoría en la Cámara de los Comunes.

Los mercados de apuestas sitúan en un 3% la probabilidad de que el Partido Conservador conserve la mayoría.

3. ¿Qué significaría un gobierno laborista para el Reino Unido?

Los laboristas, que llevan algún tiempo a la cabeza de las encuestas, no se han visto muy presionados para anunciar sus propias políticas.

Unido con los cambios significativos en el equipo y las políticas llevadas a cabo desde el final de su anterior etapa en el gobierno en 2010, esto ha planteado preguntas sobre el enfoque político previsto, y el grado de las políticas socialistas que pueden seguir.

El discurso de la canciller en la sombra, Rachel Reeves, en la Mais Lecture del 19 de marzo, ofreció algunas pistas sobre los mensajes políticos a seguir. El mensaje de: "...construir el crecimiento sobre bases sólidas y seguras, con un gobierno activo guiado por tres imperativos. Primero, garantizar la estabilidad; segundo, estimular la inversión mediante la asociación con las empresas; y tercero, reformar para liberar la contribución de los trabajadores y el potencial sin explotar de toda nuestra economía".

El primer "imperativo" es una clara indirecta política a la inestabilidad política bajo el último gobierno, en particular la era de Liz Truss, aunque el Brexit se mencionó varias veces.  

El segundo imperativo parece ser una señal de esperanza para las empresas, que han tenido motivos para temer el liderazgo del Partido Laborista en el pasado. Demostrar que un gobierno laborista puede trabajar con éxito con las empresas es importante para atraer inversión extranjera directa y para consolidar su reputación ante los mercados financieros.

Por último, centrarse en la reforma para impulsar la productividad y la prosperidad es un área obvia de atención, aunque muy escasa de iniciativas políticas en esta fase.

También había una sección importante sobre lo que Reeves denomina "securonomía", que parece señalar un enfoque más considerado del comercio internacional y la globalización. Esto parece inclinarse más hacia el actual "Consenso de Washington", que en última instancia podría significar políticas proteccionistas contra China.

Según los postulados del Partido Laborista, existe un claro deseo de mejorar los servicios públicos, lo que sin duda implicará un aumento de la inversión pública. Es probable que las nuevas normas fiscales excluyan la inversión pública y se centren únicamente en el gasto cotidiano, conocido como "presupuesto ordinario".

Es de esperar que el objetivo sea equilibrar el presupuesto ordinario utilizando los ingresos fiscales, pero permitiendo el endeudamiento para pagar el aumento de la inversión pública. Todo ello con vistas a reducir la deuda global a medio plazo.

Aunque los laboristas evitan hablar de subidas de impuestos, la campaña electoral obligará inevitablemente al partido a ofrecer más detalles.

Encontrar soluciones para los retos estructurales a largo plazo de la economía británica será clave para mejorar el crecimiento y el nivel de vida. Estos retos incluyen el envejecimiento demográfico, la adaptación al cambio climático, un entorno comercial exterior más hostil y un escaso crecimiento de la productividad. Es de esperar que esto signifique también una mejora de la rentabilidad para los inversores, que han evitado en gran medida los mercados públicos británicos durante algún tiempo.

El sentimiento hacia la renta variable británica está en un punto muy bajo, y nos preguntamos si un cambio de gobierno en el Reino Unido podría coincidir con un cambio de tendencia en el sentimiento.

Justamente con un sentimiento tan bajo hacia la renta variable británica, los inversores contrarians podrían argumentar que las cosas sólo pueden ir a mejor.

Un nuevo gobierno podría influir en el momento en que mejoren algunas de las condiciones para la renta variable británica. Tomemos como ejemplo los bajísimos niveles de asignación a renta variable nacional por parte de los fondos de pensiones, que destacan frente a otras jurisdicciones.

Es difícil que los fondos de pensiones nacionales puedan reducir significativamente su exposición a la renta variable británica (véase en el gráfico siguiente).



 


Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Azad Zangana, estratega senior para Europa de Schroders y Graham Ashby, gestor de renta variable de Reino Unido de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser solo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

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