LA FIEBRE DE LOS BULBOS DE TUPILANES (S.XVII)
Tal y como escribí en un artículo previo, voy a desglosar las que para mí son las principales burbujas especulativas a lo largo de la historia. La primera de ellas LA FIEBRE DE LOS BULBOS DE TULIPANES.
Sucedió en Holanda cuando un poco antes del siglo XVII en 1593 un profesor de botánica trajo una colección de plantas raras originarias de Turquía. Al poco tiempo los holandeses quedaron fascinados con la nueva planta de jardín. Paradojas del destino, a la población le costaba adquirirla debido al alto precio que el profesor pedía por ellas, pero una noche un ladrón robo los bulbos, y estos fueron vendidos a un precio menor dando la llave de entrada a este producto a toda la población.
Diez años más tarde, los tulipanes se convirtieron en habituales en todos los jardines holandeses. Al estar la planta en un clima diferente al suyo natural, los bulbos fueros víctimas de un virus no mortal llamado “mosaico”. Como consecuencia de este virus, de los tulipanes comenzaron a brotar franjas de colores de gran contraste denominadas “llamaradas”. Los holandeses consideraron estos bulbos infectados como “raros”, desencadenando así una fiebre especulativa que otorgaba más valor cuanto más raro fuere el bulbo.
La obsesión por los tulipanes hizo que empezando por la población con más poder adquisitivo, y terminando por la más humilde todos invirtieron sus ahorros en los bulbos provocando que los precios comenzaran a subir descontroladamente, y como no paraban de subir su precio fueron considerados como una inversión inteligente. Todo el mundo pensaba que la pasión de los tulipanes duraría eternamente.
El pico de inversión se alcanzó de 1634 a 1637 cuando la población comenzó a hacer efectivo de sus pertenencias personales para conseguir más bulbos que les hicieran ricos.
Como los mercados son eficientes en sí mismos, se corrigieron de la siguiente manera desinflando así la burbuja: En el mes de febrero de 1637 algunas personas tomaron la prudente decisión de comenzar a vender sus bulbos, estos fueron seguidos por unos pocos hasta que la gran masa de inversores tomó la misma decisión. La deflación creció cada vez más, y el pánico se adueñó de todo el mundo.
Los inversores perdieron todo su dinero, los comerciantes se arruinaron, y el Gobierno no pudo para la caída, y los tulipanes terminaros costando lo mismo que una cebolla corriente.
