Comentarios previos reunión FED
Pese a las presiones políticas para aplicar recortes inmediatos
La Fed frena en seco: mantendrá los tipos sin cambios
Michael Krautzberger, CIO de Mercados Públicos de Allianz Global Investors
Los seis primeros meses de la administración Trump han sido especialmente agitados para los responsables de la política económica, marcados por shocks y un aumento de la incertidumbre. Las expectativas de crecimiento e inflación para 2025 han mostrado una alta volatilidad, y el consenso actual apunta a un crecimiento inferior al 1,5% y una inflación del IPC que cerraría el año en torno al 3,4%: un escenario macroeconómico propio de la estanflación. Los datos macroeconómicos recientes de EE. UU. reflejan los desafíos a los que se enfrenta la Reserva Federal (Fed). La confianza del consumidor ha sufrido un fuerte deterioro, especialmente sobre todo en el gasto en bienes que dependen en gran medida de importaciones, debido al impacto de los aranceles . La actividad en el sector inmobiliario también ha mostrado una marcada desaceleración. No obstante, el mercado laboral ha sido más resiliente de lo previsto: la tasa de desempleo se ha mantenido estable durante gran parte del año, pese a que el panorama general refleja una moderación en la actividad laboral y una congelación en las intenciones de contratación.
En términos de inflación, el indicador preferido por la Fed (la inflación subyacente del PCE) sigue por encima del objetivo, en el 2.7% interanual, y hay indicios de que los aranceles comienzan a trasladarse a los precios de los bienes subyacentes. Las expectativas de los consumidores han descendido desde sus niveles máximos de varias décadas, pero siguen siendo lo suficientemente altas como para que la Fed se muestre reticente a recortes de tipos en julio.
En el plano político, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha estado sometido a una creciente presión para recortar los tipos de forma inmediata, con el presidente Trump insinuando incluso la posibilidad de reemplazarlo antes de que su mandato expire en mayo de 2026. Mientras tanto, las actas de la reunión de junio reflejaron que la mayoría de los miembros del comité consideran que la política monetaria está “bien posicionada” mientras se espera una mayor claridad sobre las perspectivas de crecimiento e inflación. No obstante, también reconocieron el riesgo de que los aranceles puedan tener efectos más persistentes. Sin embargo, empiezan a surgir algunas divisiones internas dentro de la Fed. Durante las últimas semanas, el gobernador Waller solicitó un recorte de 25 puntos básicos en julio, basándose en la siguiente idea: los aranceles generarán un incremento excepcional en los precios; la economía ya ha estado operando por debajo de su potencial durante la primera mitad del año; y hay riesgos crecientes en el mercado laboral. Otros miembros de la Fed, sin embargo, han manifestado su deseo de no recortar los tipos de forma preventiva, y el propio Powell ha sugerido que sigue siendo prudente esperar y observar cómo evolucionan las condiciones macroeconómicas.
Consideramos que los datos actuales respaldan que la Fed mantenga sin cambios su política monetaria en julio. Sin embargo, a menos que se produzca una sorpresa inflacionaria significativa, la reunión de septiembre podría convertirse en un punto de inflexión “activo” para retomar los recortes, especialmente si los indicadores de actividad económica se debilitan y la presión política se intensifica hasta un nivel que obligue a la Fed a actuar.
Creemos que el entorno macroeconómico sigue favoreciendo las posiciones se beneficien de un 'steepening' (o empinamiento) de la curva de tipos en EEUU., mientras que la aprobación de la “One Big Beautiful Bill” pone de relieve los desafíos fiscales a largo plazo que enfrenta la economía estadounidense. En un contexto donde los riesgos al alza de inflación no pueden descartarse y crecen las preocupaciones sobre la futura independencia de la Fed, también preferimos mantener exposición a los bonos ligados a la inflación (TIPS) estadounidenses a 5 y 10 años. En el mercado de divisas, mantenemos una visión más negativa sobre el dólar debido a los desequilibrios estructurales que afectan a la economía de EE. UU.