Fidelity: Calibrar la desaceleración de China parte I
Una de las mayores incógnitas que planean sobre la economía mundial en 2019 es la siguiente: ¿De qué magnitud es la desaceleración económica de China y qué están dispuestas a hacer las autoridades de Pekín para amortiguar el golpe?
Nuestros analistas tienen algunas respuestas. Su perspectiva sobre el terreno pone de relieve que existen sobrados motivos para inquietarse por la economía china, pero también identificamos algunas áreas atractivas y un animado debate sobre lo grandes y efectivas que resultarán ser las medidas de estímulo que se prevén.
La perspectiva general
En conjunto, nuestros analistas afirman que el sentimiento hacia China para el año próximo es más negativo que en otras regiones y muestra una caída mayor con respecto a 2018 que en cualquier otra región. Así lo expresa un analista que trabaja en Shanghái: “Generalmente los inversores extranjeros manejan una visión más negativa sobre China, pero el año pasado vimos cómo los inversores nacionales se unían al bando de los bajistas. Fue un deterioro generalizado del sentimiento”.
Veamos algunas de las principales conclusiones de la encuesta: de cara a 2019, nuestros analistas comentan que los equipos directivos de las empresas que cubren en China manifiestan menos confianza para invertir que en cualquier otra región del mundo; también se prevé que, en general, las empresas chinas sean las que registren las reducciones más importantes de la inversión, el número más reducido de ampliaciones de personal y la mayor proporción de incrementos previstos del apalancamiento.
Ralentización de la demanda
Un mensaje que transmite repetidamente la encuesta de 2019 es que la desaceleración generalizada de la demanda está dejándose sentir en muchos sectores de la economía. “La desaceleración macroeconómica lastrará sin lugar a dudas la calidad de los activos de los bancos. En anteriores rondas de estímulos, vimos que China dio un impulso importante al crédito, pero esta vez podría no hacerlo”, señaló un analista de Fidelity que cubre el sector financiero.
Tras algunas tímidas medidas de relajación financiera el año pasado, incluidos varios recortes del coeficiente de reservas obligatorias de los bancos, la liquidez del sistema financiero es, en general, amplia, pero no está llegando a los usuarios finales, como las empresas privadas.
“La liquidez interbancaria es adecuada, pero el problema es que el dinero no está transmitiéndose al conjunto de la economía. Me figuro que los responsables de tesorería de algunas empresas no estarán durmiendo bien por las noches”, expuso este analista.
Las tensiones financieras van en aumento. Alrededor del 33% de los analistas de China espera que el endeudamiento aumente en las empresas que cubren, mientras que en la mayor parte del resto del mundo la postura es de reducción del endeudamiento. Dos tercios de los analistas que esperan que aumente el endeudamiento en las empresas chinas afirman que la principal razón para ello es el deterioro de los flujos de efectivo.
En palabras de un analista de renta fija de Shanghái, “numerosas empresas ya están muy apalancadas y se enfrentan a un mayor riesgo de refinanciación, por lo que muchos se preocupan más por la supervivencia que por el crecimiento”.
A lo largo de la semana publicaremos la segunda parte sobre la desaceleración de China publicada en nuestra Encuesta a Analistas de Fidelity.