Fidelity: Norteamérica - Una historia de dos costes
Continuamos repasando los resultados arrojados por nuestra Encuesta a Analistas de Fidelity 2019. Haciendo un repaso a los resultados de la encuesta a nivel regional, se observa un sorprendente conjunto de temas comunes, principalmente en torno al descenso de la confianza y al menguante sentimiento alcista.
El año pasado el sentimiento iba viento en popa, por lo que los resultados de 2019 deben enfocarse desde este ángulo, aunque el tono se ha rebajado ostensiblemente. Las fusiones y adquisiciones -un potente indicador del optimismo empresarial- han experimentado un descenso generalizado y el apalancamiento de las empresas está reduciéndose ante el aumento de los costes de financiación, posiblemente más a la fuerza que de forma consciente por el deterioro de los flujos de efectivo. Sin embargo, aunque la panorámica de conjunto parece similar, surgen divergencias en los detalles dependiendo de la región, lo que permite apreciar las diferentes situaciones que se dan en todo el mundo.
A lo largo de esta semana compartiremos las conclusiones de nuestros analistas región por región. En esta primera ocasión comenzamos con Norteamérica:
El indicador de sentimiento de Fidelity se sitúa en 0,4, frente a 1,6 el año pasado.
La situación en Norteamérica puede resumirse en dos palabras: costes y tipos de interés. Dado que la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco de Canadá fueron dos de los pocos bancos centrales que desarrollaron un ciclo de subidas de tipos genuino en 2018, el panorama empresarial de Norteamérica se ha visto influenciado por los costes, ya sean los de producción o los del dinero. De hecho, ahora la razón primordial del descenso de las rentabilidades en Norteamérica es el incremento de los costes, mientras que el año pasado eran las tecnologías disruptivas. El número de analistas que citaron la inflación de los costes de producción como un problema ha crecido más del doble, hasta el 37%. Un factor decisivo es el aumento de los salarios, con respecto al cual el 77% señala que se produce una subida entre moderada y fuerte, lo cual podría estar mermando el dinero disponible para invertir; en este sentido, solo el 39% apunta a un aumento de la inversión empresarial, mientras que el año pasado el porcentaje era superior al 50%. Un analista del sector industrial resumió la magnitud del efecto de la inflación de la siguiente forma: “Es el factor más importante para la estructura de costes y el segundo más importante para la destrucción de la demanda”.
"El número de analistas que citaron la inflación de los costes de producción como un problema ha crecido más del doble, hasta el 37%"
La financiación empresarial registra presiones similares. Nada menos que un 59% de los analistas mencionó el encarecimiento de la financiación, lo que duplica con creces la cifra del año pasado. Lo anterior está elevando la presión relacionada con la devolución de la deuda; así, un tercio de los analistas espera un incremento de las tasas de impago este año, frente al 16% del año pasado. A tenor de que el aumento de la volatilidad bursátil y la posibilidad de más impagos ahuyentan a los inversores en bonos, las empresas podrían verse obligadas a cambiar sus vías de financiación.
De hecho, nuestros analistas señalan que la mayoría de empresas que han de lidiar con el aumento de los costes de la financiación están recurriendo a préstamos bancarios más caros, mientras que el año pasado la mayoría optó por las emisiones de bonos o acciones.
Analizamos en mayor profundidad las condiciones empresariales en este artículo "El fin del efecto Trump".