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Fidelity: Los turistas chinos viajan de nuevo
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Fidelity: Los turistas chinos viajan de nuevo

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Personas portando máscaras visitan el paseo del Bund junto al río Huangpu, en Shanghái, el 1 de mayo de 2020. Decenas de millones de chinos salen a la carretera para disfrutar de un largo puente. (Fotografía de HECTOR RETAMAL/AFP a través de Getty Images)

Más de 100 millones de viajeros se echaron a las carreteras chinas durante el puente de cinco días del Primero de Mayo, la primera gran prueba para la demanda turística nacional desde que se empezaron a levantar las medidas de confinamiento por la epidemia de Covid-19. ¿Se avecina una fuerte recuperación o probablemente los consumidores mantengan la cautela durante un tiempo?

Las colas interminables en los parques temáticos y los carteles de entradas agotadas nunca sentaron tan bien en un momento en el que los encerrados consumidores chinos celebraron su primer gran periodo festivo nacional desde que la pandemia de Covid-19 paralizara el turismo doméstico en febrero.

Una media diaria de 23 millones de personas viajaron en el puente de cinco días del Primero de Mayo, lo que representa un descenso de alrededor de la mitad con respecto al mismo periodo de 2019, de acuerdo con el Ministerio de Cultura y Turismo. Pero a pesar del descenso interanual, supone una gran mejoría con respecto a febrero y marzo, cuando la mayor parte de China estaba confinada debido al brote de coronavirus. Hace apenas unas semanas, un puente de tres días a comienzos de abril registró tan solo alrededor de 14 millones de viajeros nacionales diarios.

Merece la pena destacar que la demanda turística se ha visto mermada por los rígidos controles de las aglomeraciones para reducir los riesgos de infección. El ministerio ordenó a los gestores de parques turísticos que limitaran la afluencia al 30% de su capacidad durante las festividades de mayo.  

Demanda contenida

Los viajes internacionales siguen estando descartados, pero los indicios claros de recuperación gradual en el turismo nacional chino podrían dar un espaldarazo a la confianza en otros países que miran al futuro después del confinamiento, incluida la liberación de la demanda contenida entre los consumidores.

“Para muchas personas, viajar es una forma de aliviar la tensión y la frustración del confinamiento”, afirma Ke Tang, analista sénior de deuda corporativa de Fidelity. “Los viajeros todavía no están listos para realizar grandes gastos a la vista de la incertidumbre en torno al empleo y el crecimiento de la renta”.

Un turista medio gastó unos 414 renminbis (alrededor de 58 dólares) al día durante el puente de mayo, un 31% menos que hace un año, según los datos del Ministerio de Cultura y Turismo. No obstante, el gasto per cápita es más del doble que en el puente del 4 al 6 de abril. Los ingresos totales del turismo ascendieron a 47.600 millones de renminbis durante los cinco días, menos de la mitad de la cifra del puente de mayo de 2019.

Las personas acudieron a conocidas atracciones turísticas durante el puente del Día del Trabajo, entre el 1 y el 5 de mayo. La Ciudad Prohibida de Pekín agotó sus 25.000 entradas antes de que llegaran los festivos, mientras que el espectacular Monte Tai en la provincia de Shandong registró enormes colas desde el día anterior antes de su apertura el 1 de mayo.

El avión y el tren levantan cabeza

Aunque muchas aerolíneas de todo el mundo siguen con sus aviones en tierra, las aerolíneas comerciales de China están escenificando un conato de recuperación. El volumen medio diario de pasajeros aéreos ha aumentado más de cuatro veces desde mediados de febrero, hasta alrededor de 780.000 el 5 de mayo, según datos del Ministerio de Transporte. Del mismo modo, el número de pasajeros en los trenes ha aumentado hasta alrededor de 6 millones al día, frente a menos de un millón durante el mismo periodo.

En general, las aerolíneas chinas han reiniciado su actividad a alrededor de un 50% de su capacidad, muy por encima de los niveles entre el 10 y el 30% de muchas de sus homólogas internacionales. Financieramente también les va mucho mejor que a las aerolíneas occidentales, algunas de las cuales dependen de ayudas públicas para sobrevivir. Las grandes aerolíneas chinas cuentan con balances relativamente sólidos sin problemas inmediatos de liquidez (tener al estado como accionista de referencia aporta una seguridad adicional).

El histórico desplome de los precios del petróleo debería beneficiar a la mayoría de aerolíneas chinas, que cuentan con pocas o nulas coberturas de combustible en sus cuentas. El combustible representa alrededor del 30% de su base de costes.

A pesar de la mejora, subsisten obstáculos para las aerolíneas chinas. Los vuelos internacionales prácticamente han desaparecido, mientras que dentro de las fronteras nacionales los viajes de negocios siguen bajo mínimos. Las reservas a futuro indican que la recuperación de la demanda sigue siendo lenta y que la visibilidad es escasa más allá del muy corto plazo.

Habitaciones de hotel con vistas

La epidemia hundió las tasas de ocupación hotelera hasta tasas de un dígito en febrero, pero desde entonces han rebotado hasta alrededor del 50%, tal y como hemos podido comprobar con operadores y expertos sectoriales.

A los hoteles de gama media les está yendo mejor que a los hoteles de gama alta y baja. La falta de viajeros de negocios y turistas internacionales ha reducido la demanda de hoteles de lujo, mientras que los consumidores chinos podrían también estar reduciendo sus presupuestos. Las rebajas están a la orden del día y algunos establecimientos de cinco estrellas de Shanghái ofrecen descuentos del 50%. Los hoteles más baratos, por su parte, están teniendo dificultades debido a la percepción general de que ponen menos énfasis en la limpieza.

Reservas de viajes

Las reservas de viajes se sitúan alrededor del 60% de sus niveles normales, aunque los touroperadores están ofreciendo grandes descuentos para mantener el negocio en marcha. Por ejemplo, el conocido parque temático de Happy Valley en Shenzhen está ofreciendo pases anuales a 365 renminbis, mientras que antes las entradas de un día costaban 220 renminbis. 

Hasta ahora, los viajeros chinos están mostrando cautela y optan por los viajes de corta distancia. Muchos prefieren conducir un par de horas hasta una localidad cercana para disfrutar el fin de semana, donde podrían pasar una noche, y gastar mucho menos que si se alejaran más y viajaran en tren o en avión.

“Las personas están aliviadas porque ha pasado lo peor, pero no es realista pensar que habrá un rebote en V”, afirma Hyomi Jie, gestora de fondos de Fidelity. “Podríamos ver primero una recuperación gradual en el turismo nacional, seguido de los viajes regionales de corto radio donde el virus esté contenido. No se puede saber cuándo se van a normalizar los viajes internacionales de larga distancia”.

Podría haber un trasvase de demanda desde los viajes al extranjero hasta los viajes nacionales, ya que Hong Kong y Macao siguen estando prácticamente cerrados a los visitantes del continente y los viajes al extranjero no son viables a la vista de los confinamientos y las medidas de cuarentena adoptadas en todo el mundo.

¿Qué necesita el turismo chino para recuperarse plenamente? Las autoridades chinas, que ven el turismo como un elemento esencial del consumo interno, han desplegado estímulos en apoyo del sector. Se están repartiendo vales turísticos en varias provincias que permiten a los viajeros utilizarlos en rutas panorámicas, cenas y compras. Por ejemplo, las autoridades de la ciudad de Huzhou, en la provincia oriental de Zhejiang, han repartido vales por importe de más de 200 millones de renminbis a turistas desde marzo.

Un aspecto aún más importante es que el ritmo de la recuperación dependerá de la confianza de los consumidores chinos en sus empleos y el crecimiento de su renta. Hasta ahora, China ha evitado la destrucción de empleo a gran escala durante la pandemia, pero falta por ver cómo va a afrontar el desplome de la demanda mundial de productos chinos. Los viajes pueden ser un gasto altamente discrecional para los consumidores chinos de clase media, aunque no es un desembolso tan grande como la vivienda o la educación. A partir de ahora, habrá que estar muy atentos a los datos sobre el empleo, la renta de los hogares y las tasas de impago de las empresas.

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